EN PLAN DE VUELO

 

Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

 

Uno de los impuestos más despreciados a lo largo de la historia impositiva mexicana resulta ser la tenencia, me refiero a la historia moderna, ya que de no ser así me vería constreñida de invocar los odiados tributos por cada puerta, ventana, caballo, inclusive perro, mismos que Su Alteza Serenísima Antonio López de Santa Anna instauró.

 

Existen diversas opiniones acerca de la genuina razón por la cual se establece la comúnmente aludida tenencia; asi, algunas posturas, como la oficialista, sostienen que este tributo se creó para contar con la infraestructura para la celebración de las olimpiadas de Mexico en 1968, y construir la autopista México- Cuarnavaca, por lo que se asumió que dicha contribución sería temporal, y sus detractores ese fue el argumento más robusto del que echaban mano para eliminarla,

 

Por otra parte, si leemos la iniciativa o bien la propia Ley de Ingresos de la Federación de 1962 (con la cual entró en vigor el cobro del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos) no se encuentra párrafo alguno que aluda alguna temporalidad o justificación por evento deportivo, o que limitase su vigencia, ya que la letra es clara, en torno a la periodicidad de este impuesto decía “se aplicará anualmente”.

 

Inclusive aparece como razón del impuesto la de “contribuir al gasto público, que en el caso de la expansión de carreteras, autopistas, vías, etc. requieren de recursos cada vez más cuantiosos…”, por tanto, en ninguna parte se menciona ni por error nada relativo a las Olimpiadas.

 

Insoslayable mencionar que quien establece la Tenencia no fué Gustavo Díaz Ordaz, sino que fue Adolfo López Mateos, el cual consideraba que la tenencia la pagarían las personas de altos recursos, quienes también se beneficiarían con el destino de su tributo ya que este se aplicaría a las autopistas

 

En este orden de ideas nos preguntamos pues ¿cómo podría haberse creado este impuesto en 1962 para financiar las Olimpiadas de 1968 cuándo México en ese año ( 1962 ) todavía no se daba la aprobación de la Ciudad de México como sede de los Juegos Olímpicos ocurrió sino hasta octubre de 1963.

 

Así las cosas, este tributo seguiría presente en los bolsillos de la clase “pudiente y semi pudiente” hasta el periodo de Felipe Calderón, cabe mencionar que hasta finales de su periodo, no se iba a echar el trompo a la uña al principio, sino que reservó la erradicación de la tenencia para el final de su gestión, lo que representó un considerable problema financiero para los estados, ya que necesitaban cubrir o encontrar la forma de allegarse de los recursos que ya no recibirían más por concepto de pago de tenencia

 

Inclusive algunos gobernadores, como el caso del entonces  Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto,  se negó a eliminar este gravamen durante su administración aceptando que se cancelara a partir del año posterior al fin de su gobierno

 

En 2009, el entonces Presidente de México Felipe Calderón, declaró que este impuesto se eliminaría completamente el 31 de diciembre de 2011, acompañado por los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero, y de Economía, Eduardo Ruiz Mateos, afirmó que no habría más tenencia y que con la compra de autos nuevos se generarían más empleos para los mexicanos.

 

La desaparición de la tenencia implicaba que ya no se recaudarían por este concepto casi 20 mil millones de pesos anuales, por lo cual, varios gobernadores crearon diversas estrategias para lograr sacar hasta debajo de las piedras la cantidad que les tocaba de esos 20 mil millones de pesos anuales.

 

No es ocioso mencionar que incluso quien fungía en ese entonces como Sub Secretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Rocío Ruiz, externó que desparecer este tributo era un despropósito si no se contemplaba cómo recaudar esa misma cantidad por otras vías que no pusieran la carga en quienes menos tienen.

 

Y mejor que las predicciones de Nostradamus, Rocío Ruiz tuvo razón, efectivamente la carga se trasladó a los que menos tienen ya que los estados buscaron alternativas para que sus finanzas no se vieran mermadas con ese recurso que ya no recibirían mas, como lo es la revalidación vehicular, misma que paga lo mismo por concepto de revalidación tanto el que posee un automotor último modelo, que aquellos quienes tiene un vehículo mas antiguo.

 

Si los conocimientos aportados por el economista ingles Adam Smith no me dejan mentir, uno de los principios fundamentales de toda contribución, es que sean no iguales sino equitativos, aclarando que son dos términos que fácilmente se confunden, no obstante no son lo mismo.

 

El pago de revalidación vehicular es igualitario ya que todos los que tengan un vehículo ( sin reparar el lujo o modelo del mismo) pagan una cantidad igual, sin importar la capacidad contributiva de los deudores, esto es paga lo mismo por concepto de revalidación el dueño de un bochito 90, que el propietario de una flamante Cheyenne 2016.

 

Ejemplo de equitativo lo sería la tan vilipendiada tenencia ya que aquellos que contaban con un vehículo de reciente modelo, debían pagar dicho impuesto, y quienes no tenían pus no, así liso y llanamente, igual con los iguales desigual con los desiguales, y si bien es verdad que en enero hay un descuento por pronto pago; ese descuento se aplica de nueva cuenta igualitariamente a todos los contribuyentes, cuando desde mi óptica es inequitativo, ya que no requiere el mismo apoyo fiscal el propietario de un vehículo del año, o de lujo, que aquellos que su vehículo es de modelo más atrasado o bien austero.

 

Estimo que con la eliminación de la tenencia se favoreció solamente a los que mas tienen, y se dejó de considerar a las personas menos favorecidas, quienes aún eliminando la tenencia no adquirirían un vehículo nuevo, por lo que la desaparición de este tributo, lejos de beneficiarles les perjudico, ya que aparecieron impuestos de tipo igualitario como revalidación vehicular y el replaqueo, impuestos que gravan a todos parejo.

 

Por mi parte yo sí quiero que regrese la tenencia, y que quienes tengan posibilidades para comprar un 2017, también que paguen lo que corresponde, me asquea que un 2017 incluso de lujo, pague lo mismo que un vehículo veterano, el cual se tiene por necesidad y no por lujo.

 

ESCALAS

  1. Ha comenzado la era oscura con la llegada de Trump y, quizás, el inicio del fin de la decadencia de los EUA.
  2. Aplaudo que en el ICHITAIP se hayan nombrado varias mujeres en cargos directivos, quienes han demostrado capacidad y talento, tal es el caso de Marina Baca.
  3. No deje de escribirme a :fabiola@plandevuelo.mx

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *