La columna
- Miguel Riggs y su familia: ¿los empresarios favoritos del quinquenio?
- La presidenta María Eugenia Campos y el síndico Miguel Riggs: ¿divorcio político en puerta?
- El esposo de Stefany Olmos: de busca-chamba a desestabilizador político del gobierno.
Y pareciera que al gobierno del nuevo amanecer cada día que amanece le llueve sobre mojado. Durante las últimas semanas la administración del Gobernador de Chihuahua, Javier Corral, se ha visto envuelta en ruidosos dimes y diretes que ya empiezan a convertirse en una ininterrumpida serie de sucesivos traspiés y escándalos. Ahora los nuevos embrollos en los que los funcionarios albiazules se han metido versan sobre dos candentes temas: el atractivo contrato de publicidad otorgado por el gobierno estatal a la hermana del síndico de la capital y cercanísimo amigo del gobernador, Miguel Riggs, y la fallida operación mediante la que se intentó conseguirle trabajo a Ricardo Gándara, esposo de la Secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos, al pretender imponérselo como Secretario Ejecutivo a Rodolfo Leyva, Comisionado Presidente del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública (ICHITAIP).
En efecto, todo indica que a los nuevos servidores públicos panistas cuando no les llueve, les llovizna… y cuando no les llovizna les graniza, ya que dan la impresión de estar dando tumbos en lo que hasta hoy se percibe como una desafortunada y errática actuación en varios frentes del gobierno. Una de las notas características de los bandazos que se aprecian en el desempeño de la novel administración estatal es la incongruencia que se comienza a observar al notar la ciudadanía una diferencia abismal entre el discurso de los gobernantes y sus hechos, pues pese a que en su emotiva arenga inaugural de rendición de protesta el mandatario estatal prometió que se iba a efectuar un manejo transparente en las contrataciones de bienes y/o servicios, y sobre todo en materia de publicidad y comunicación social, la realidad muestra lo contrario. Un ejemplo de esto es el estridente caso recientemente divulgado a los medios de comunicación y a la opinión pública por Fermín Ordóñez al indicar que el gobierno estatal asignó un contrato publicitario por más de 3 millones 250 mil pesos a la empresa Molri International, en la que, según lo publicado por varios medios, figuran como propietarios la hermana del síndico municipal Miguel Riggs y el cuñado de éste.
En virtud de que para nadie es un secreto la sólida amistad existente entre el Síndico Riggs -de la cual él mismo se ufana- y el Gobernador Corral, surge inevitablemente la pregunta: ¿Se convertirán los Riggs en los empresarios favoritos del quinquenio? Aunque pudiera ser que sí -porque en el PAN ya existe una Familia Feliz y tal vez otras también quieran serlo-, la historia apenas comienza a escribirse. Por lo pronto el desenlace del primer capítulo de esta trama político-financiera-empresarial ha concluido con el traslado de algunos millones de pesos –y sin licitación previa, según se dice- de las arcas públicas a las de la familia Riggs.
Precisamente a consecuencia del sonado contrato de servicios publicitarios mediante el que la administración estatal favoreció al negocio de la familia del síndico Miguel Riggs, la presidenta municipal María Eugenia Campos salió a emitir una declaración que no sólo puso al rojo vivo las ya de por sí complicadas cosas para el PAN, sino que además colocó en una encrucijada la relación de la alcaldesa con Riggs Baeza y con el mandamás del Estado. Los medios informativos dieron cuenta de las expresiones vertidas por Campos sobre el espinoso asunto, quien sin tapujos dijo que de llegar a comprobarse la implicación del síndico en un conflicto de intereses por brindar servicios de publicidad al Gobierno del Estado deberá ser legalmente sancionado ya que al ser Miguel Riggs el funcionario responsable de fiscalizar los recursos del Municipio está obligado a poner el ejemplo. ¿Así, o más claro?. ¿Será este episodio el fin del matrimonio político Campos-Riggs?. No lo sabemos, lo que sí podemos afirmar es que la advertencia de Campos enfadó al gobernador Corral y generó la emisión de una tarjeta amarilla en contra de la capitana del equipo municipal, en cuyo historial figuran ya otras declaraciones recientes que también han molestado al inquilino de Palacio.
La noticia política que de plano vino a significarle al gobierno de Corral algo así como una especie de terremoto de 10 grados de intensidad en la escala de Richter, fue la filtración hecha por casi todos los medios informativos respecto a lo que los comunicadores catalogan como una orden emitida desde Palacio para irrumpir en la autonomía del ICHITAIP con el fin de darle chamba en este ente público a Ricardo Gándara, un hombre cuya única carta de presentación hasta ahora conocida –al menos por la mayoría de los chihuahuenses que han oído hablar de este personaje- es la de ser marido de Stefany Olmos, Secretaria de la Función Pública.
La situación empeoró cuando se supo que Fernando Álvarez Monge, presidente estatal del PAN; César Jáuregui Robles, Secretario General de Gobierno; y Miguel Latorre, Coordinador de los diputados panistas –sólo faltaron Gustavo Madero y Ricardo Anaya, para completar la abultada y frustrada comitiva-; fueron los operadores políticos enviados por el titular del poder ejecutivo con la encomienda de persuadir al Presidente del ICHITAIP, Rodolfo Leyva, para que accediera a “alinear” a los demás consejeros del pleno del Instituto a fin de que el cuerpo colegiado de dicho ente nombrara legalmente a Gándara como titular de la Secretaría Ejecutiva del organismo transparente. Sin embargo, el escandaloso asunto no terminó ahí, pues la más intensa réplica del temblor ocurrió al divulgarse el rotundo rechazo que Leyva le externó al gobernador Corral de manera personal y directa –“face to face” y delante de varios testigos, según afirman- y la acre discusión que ambos funcionarios protagonizaron cuando al coincidir en el informe del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, el mandatario chihuahuense le encargó a Leyva no dejar en el olvido el acuerdo al que habían llegado para ungir a Gándara como Secretario Ejecutivo del ICHITAIP, recibiendo como respuesta la contestación negativa más inesperada y denigrante de su vida: “Nel, mi góber; I can´t make to you this favor, because I am a transparent boy. Nice to see you. Goodbye”.
Es algo inaudito, y temerario, sin duda, el hecho de que el representante de un organismo estatal se niegue ante los designios de un gobernador en la forma en que lo hizo Leyva. Además, se ha dicho hasta el cansancio que la venia del gobernador Corral fue determinante para el arribo de Leyva a la presidencia del Instituto. Corral no es ningún blando, y si de por sí le disgusta perder, mucho más le desagrada esto cuando él es el dueño de los naipes. La histórica, inédita, anecdótica y estoica osadía política de Leyva tendrá sonoras consecuencias.
Puede alegarse con razón jurídica y moral que se justifica la negación del Comisionado Presidente del ICHITAIP frente a la absurda pretensión que tenía el Poder Ejecutivo al querer colocar en el organismo autónomo garante de la transparencia al cónyuge de la contralora del Estado -sí, indudablemente-; pero también es acertado decir con toda razón que desde la perspectiva de la lógica política el porvenir de Leyva frente al ICHITAIP será aciago y de pronóstico reservado, pues su heroica afrenta a Javier Corral no sólo constituye una humillación a la investidura personal y la autoestima de éste, sino también una de las más desestabilizadoras sacudidas que en los primeros cuatro meses de ejercicio gubernamental ha sufrido el PAN, desde que el 4 de octubre de 2016 regresó al Palacio del Gobierno de Chihuahua. Y todo este dolor de cabeza, otra vez, por la señora Olmos –recuérdese el reciente lío de la Secretaria por su extemporánea declaración de situación patrimonial-; o más bien por su señor esposo. Paradójicamente, aunque los constantes errores políticos derivados de la inexperiencia e inobservancia de las formas le causen al PAN y a sus funcionarios enorme infelicidad y sufrimientos, de aquí al 2012 al interior de ese partido cada día habrá más familias felices. Si alguien duda pregúnteselo a los Riggs y a los Olmos.