En un debate la comunicación de las ideas y las propuestas, la vestimenta elegida, las reacciones (conscientes e inconscientes) ante los ataques de los adversarios es vital para avanzar, ganar nuevos seguidores, neutralizar a los oponentes y, en otros casos, perder el posible voto de los electores si el desempeño no ha sido satisfactorio a lo esperado. Un debate es el momento de mostrar una de las cualidades humanas más valoradas en un líder, su carácter.
A continuación, de una manera práctica haré un análisis respecto a la vestimenta (y su influencia en el debate), comunicación verbal y no verbal de los candidatos a la presidencia de México en el primer debate rumbo a los comicios del 1 de julio. Sin duda hemos visto sorpresas y errores.
Margarita Zavala
Vestimenta: Vistió formal y apropiada con un traje azul marino y blusa blanca, aretes vistosos de color plateado y con un maquillaje un poco cargado para la ocasión. La elección de dichos colores le ayudó a proyectar liderazgo (sin embargo en su lenguaje corporal y comunicación verbal lo perdió). Su manera de vestir le ayudó a dar batalla pero en comunicación la ropa no lo es todo.
Lenguaje Corporal: Su postura comenzó controlada, su rostro un poco tenso. En los primeros minutos su participación iba bien, no obstante en cuanto comenzó a recibir las preguntas de los moderadores su control se perdió. Fue notorio su nerviosismo en el movimiento de sus manos (en más de una ocasión le temblaban). Cuando deseaba decir sus propuestas con mucha vehemencia su energía corporal era exagerada, lo cual le restaba congruencia. Finalizó su participación en el debate con un lenguaje corporal más seguro.
Comunicación verbal: Aquí radica una de sus mayores debilidades, y en un debate es crucial. A veces lograba decir mensajes hilados y con mucha convicción y, en otras ocasiones, se trababa al hablar, le ganaban los nervios. Su volumen fue bueno, pero le faltó controlar sus nervios.
Ricardo Anaya
Vestimenta: Su estrategia comenzó inteligentemente desde la elección de su atuendo. Acudió con un traje azul marino y camisa blanca con una corbata lisa en color azul marino, muy similar a la imagen de ex líderes mundialmente conocidos de primer mundo como Obama. Logró elegancia y proyección de poder con una combinación de colores no común para un debate en México. Logró lucir sin hacer de su vestimenta la protagonista.
Lenguaje Corporal: Inició un poco tenso, sobretodo en su tono de voz (muy controlada como en sus spots de campaña) para después ganar seguridad conforme iba dirigiendo sus embates contra AMLO.
Se dio cuenta de los efectos de sus acusaciones y ello le hizo ganar autoconfianza y seguridad, notoria en su postura, sonrisa y la fuerza en su volumen de voz. Al finalizar el debate él sabía que había hecho un buen papel. En su mensaje de cierre se notó seguro y confiado. Uno de sus mayores aciertos fue que su cuerpo expresaba congruencia con su actitud.
Comunicación verbal: A diferencia de en sus mítines ahora se mostró mucho más natural y cómodo, parecía que disfrutaba estar allí. Sus ataques fueron directos. Los cambios en su entonación de voz fueron muy buenos y no actuados. Dirigió casi todos sus ataques contra AMLO,a excepción de un par contra José Antonio Meade.
José Antonio Meade
Vestimenta: Lució muy apropiado, y al mismo tiempo muy predecible. Usó un traje azul marino, camisa blanca y corbata roja. Tal vez no se dio cuenta pero su vestimenta fue muy asociada al gobierno actual. Se vistió como lo hacen comúnmente en el PRI.
Lenguaje corporal: Controlado y sereno. Así se mantuvo durante todo el debate (salvo algunos chispazos de determinación). Quiso dar embates agresivos, pero aunque sus palabras eran intencionadas para hacer daño a sus opositores su lenguaje corporal no comunicaba fuerza.
Fue muy repetitivo en sus ademanes (constantemente se dedicó a sólo enfatizar sus palabras con su mano derecha en la que sostuvo durante todo el debate una pluma). Cada ocasión en la que afirmaba parte de sus propuestas su cara reflejaba seriedad pero, una vez más, le faltó mostrar valor. Cuestión que no ha cambiado desde el inicio de su campaña.
Comunicación verbal: Mejoró su volumen y entonación, aunque no le fueron suficientes para provocar un impacto grande. En varios momentos al escuchar sus propuestas parecía que estaba grabando un spot de campaña, mesurado, lento y además apoyándose constantemente en sus notas.
Cuando lanzó el misil a AMLO diciéndole “vas a volver a perder” parecía iniciaba su momento de mayor fuerza en el debate, pero minutos después se desvaneció.
Andrés Manuel López Obrador
Vestimenta: Acudió al debate con un traje negro, camisa blanca y corbata roja. La combinación por excelencia (e histórica) para proyectar poder y liderazgo en la política mexicana, sin embargo vestirse así no aportó nada nuevo a su imagen que nos ha acostumbrado en sus apariciones formales. Si bien lucía apropiadamente su manera de vestir no le aportó puntos extras.
Lenguaje corporal: Se notó que su preparación estuvo enfocada en este tema, en no caer en las provocaciones de todos sus contrincantes (quienes constantemente lo atacaron de manera estratégica). Al principio su rostro mostraba serenidad, confianza y seguridad, sin embargo, a medida que el debate avanzaba, en varias ocasiones pudo observarse la incomodidad que le generaban los ataques.
En su lenguaje corporal fue notorio los gestos de su cara que mostraban enojo controlado(entrecejo fruncido), labios apretados (en su decisión de no hablar de más) un poco de soberbia (al colocar su mentón arriba), autocontrol de su energía al poner sus manos atrás en la espalda al responder los ataques.
Al concluir su participación en el debate su lenguaje corporal fue más calmado, con tono de voz segura y tranquila afirmando que encabezará un gobierno que represente a pobres y a ricos.
Comunicación verbal: Una vez más una de sus debilidades es su manera lenta al hablar que en muchas ocasiones le provocó no concretar sus mensajes porque se le acabó el tiempo (justo como le ocurrió en el debate de hace 6 años). Los puntos positivos de su comunicación verbal fueron que cuando respondió a las preguntas de los moderadores habló con naturalidad, seguro y confiado.
Su oportunidad desaprovechada: Participar más en el debate, se dedicó a no responder muchas de las preguntas de sus oponentes (en los primeros minutos pareció una buena estrategia, pero después una oportunidad desaprovechada porque le hizo perder liderazgo). Si vas a un debate y participas menos hablando es notorio que dejas espacio a los demás y alguno lo aprovechará, tal como ocurrió.
Jaime Rodríguez “El Bronco”
Vestimenta: Vistió de traje negro, camisa blanca y corbata azul-liláceo (una mezcla de azul con color lila). Si bien vestir de traje negro y camisa blanca le ayudó a proyectar profesionalismo no proyectó liderazgo, pues su corbata era más apropiada para una boda, no para un debate.
Algo muy notorio cuando hablaba fue su pulsera o esclava en su mano derecha (la misma que usaba para enfatizar sus palabras).
Lenguaje Corporal: Su naturalidad es una de sus fortalezas. Su expresión corporal es muy natural. Es evidente que está acostumbrado a ser notado y lo disfruta. Siempre mantuvo las manos visibles y sus ademanes fueron por arriba del podio. Cada vez que embistió a cada uno de sus contrincantes su contacto visual fue directo y seguro. Sin duda fue el candidato incómodo para todos y aquel que ayudó a que el debate fuera más interesante, pues a momentos parecía que él era el moderador principal.
Comunicación verbal: Es franco, directo y seguro al hablar, lo cual le otorga un liderazgo peculiar. Su manera de comunicarse es sencilla y habla sin rodeos. Supo muy bien cómo darle la vuelta a las preguntas que le hicieron los moderadores acerca de sus supuestas “travesuras” para llegar a la boleta presidencial. Es hábil para responder. Su manera de cerrar el debate no fue lo mejor de su participación.
Publicado en Alto Nivel