EL PANÓPTICO DE LA HISTORIA

Por Antrop. Marco Gutiérrez Mendoza
Por Antrop. Marco Gutiérrez Mendoza

La discriminación, segregación y estigmatización no tiene un blanco mas claro en la historia de la humanidad que el continente Africano. Los pobladores nativos de estas tierras han sido presa de extranjeros desde tiempos inmemoriales. Fuera de la admirada civilización egipcia, al africano se le ha clasificado en la historia dentro como en condición de atraso, salvajismo y en una posición evolutiva inferior a los pueblos europeos, y hoy americanos. El mundo occidental ha puesto literalmente el pie en el cuello de los pobladores del llamado continente negro por muchos siglos lo esclavizaron, colonizaron, intrigaron en sus estructuras sociales y con ello crearon un sin numero de problemas al interior de sociedades que solo han visto como son colonizados por holandeses, franceses e ingleses.

 

En el siglo XX el colonialismo territorial de las potencias europeas debió de dar un paso atrás, en vez de tener una presencia directa en el gobierno de los países africanos estas potencias del primer mundo desarrollaron la táctica, también socorrida por los Estados Unidos, de dar una supuesta autonomía a los africanos para poner sus gobiernos pero siempre metiendo las narices e interfiriendo en todos los asuntos políticos y económicos, unas veces de forma directa otras indirecta. De esta forma el africano se le ha discriminado por su color de piel, se le ha esclavizado, colonizado y ante todo, se le ha mostrado la cara mas fea de la modernidad y mas recientemente de las políticas neoliberales; pobreza extrema, guerras civiles, explotación de los recursos naturales de sus tierras, escaso acceso a la educación y una asistencia medica terrible.

 

Es precisamente en el tema de los servicios médicos por lo que a ultimas fechas el mundo tiene los ojos puestos en África. El Ebola, proviene y se esparce rápidamente en este continente, por lo que el resto del mundo occidental (países de primer mundo de Europa y Estados Unidos) han decidido poner en cuarentena una vez mas este territorio. A nosotros solo llegan las terribles imágenes de un padecimiento que esta fuera de control, por lo que el hombre “civilizado” se ha puesto sus trajes de plástico y camina por África curando y llevando un aparente bienestar a esta gente. Implícitamente al hacer esto se les culpa, una vez mas, de traer una nueva epidemia global, como cuando se les culpo cuando surgió el VIH y se les sigue culpando por no prevenir su propagación, además, se les responsabiliza de no ser lo suficientemente avanzados para prevenir este tipo de enfermedades y de paso se les señala por poner en peligro toda la razón y bienestar de los países de primer mundo.

 

No estoy deciendo que el Ebola no es real, lo es, pero también es una herramienta bastante efectiva por las razones enumeradas y además se le puede sumar el causar un pánico generalizado en todos los países que tiene acceso a las noticias, y si algo mantiene a la gente controlada es el miedo. El hombre occidental al establecer su intervención medica se reafirma, se asume como el portador de la verdad y se le permite, una vez mas, hacer y deshacer a su antojo en donde lleva la verdad, la cura. Solo los países del primer mundo, sus gobiernos y transnacionales saben lo que es bueno para África, solo sus medicinas pueden curar la mas reciente enfermedad, no importa que si estos males nacen, es por las condiciones histórico políticas que se les a otorgado y obligado a vivir. Al parecer no se trata de frenar la pobreza y enfermedades, dar empleo y autonomía a las personas, de lo que se trata es de que el africano es ese personaje que solo aparece en el mapa y noticias en estas circunstancias de emergencia de salud, pobreza o en una película de Leonardo Di Caprio, en la cual de paso se remarca que él salva a un hombre nativo de la terrible situación de su país y gracias a su generosidad, se le abren las puertas al nativo africano de un país civilizado donde gracias a un diamante puede vivir dignamente (estoy siendo sarcástico).

 

En América Latina no nos debería ser tan indiferente esta situación, ya que después de África somos el siguiente blanco preferido para la discriminación y colonización, tanto ideológica como política. Es tiempo de replantear los esquemas y sacar a la luz los discursos ocultos, la realidad es que vivimos en un mundo sumamente racista, discriminatorio con las minorías, opresor con los débiles y la solución al parecer no va a venir de la bendición del Papa Francisco, de una canción que saque U2 en apoyo a las victimas del Ebola y mucho menos de una decisión de Obama, con las cuales al parecer siempre salen beneficiados los intereses de transnacionales y gobiernos extranjeros y no los afectados. La solución viene de admitir estos males, que están en nuestro alrededor y no reproducirlos en nuestra cotidianidad, el cómo es muy sencillo, estar consiente que la emergencia de Ebola es cierta, pero que al estar informado y prevenido no es necesario entrar en pánico, no creyendo todo lo que se dice en los medios de comunicación, siendo critico con las estructuras de poder, no solo en este caso, sino siempre y no reproduciendo los discursos de opresión y discriminación con nuestros semejantes, empezando con el caso mas concreto en México que son las minorías y los indígenas.

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