En Plan de Vuelo

Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

Ciudad Juárez se visitó de gala para recibir al célebre publicista mexicano Carlos Alazraki Grossmann, quien aceptó la invitación de la Asociación Nacional de Publicidad capitulo Chihuahua sede Ciudad Juárez, para dar una charla sobre su experiencia dentro del marketing político a lo largo de su exitosa trayectoria.

 

Sin poses, incluso sin traje, se presentó ante todos los presentes en el Salón Alameda para decir que no era ningún gurú y que él podía compartir solamente sus experiencias al incursionar en la mercadotecnia política mexicana.

 

Habló de las campañas de Roberto Madrazo, las del Estado de México, del Bronco de Nuevo León y la revolución de las redes sociales. Incluso vaticinó la muerte de la televisión: “si mucho, le doy diez años”, sentenció.

 

Fue muy enfático en la reconfiguración de la comunicación actual, a la que los políticos no quieren entender y quieren seguir en los esquemas de antaño. Dijo que el futuro está en las pantallas de las tablets, computadoras y teléfonos inteligentes.

 

Afirmó que la guerra orquestada desde la izquierda para destruir la imagen del Presidente Peña Nieto y del PRI, en la cual gente como Epigmenio Ibarra y Andrés Manuel López Obrador han invertido mucho dinero, fue un rotundo fracaso porque no le hicieron ningún daño a Peña ni a su partido: “Todo el dinero y tiempo invertido no les sirvió para pura madre”, expresó el publicista.

 

Fue una conferencia muy amena, donde nosotros le cuestionamos sobre una de las pasiones de Alazraki, misma que heredó su padre: el cine.

 

Porque el cine y la política vuelan juntos.

 

El padre de Carlos fue el famoso cineasta de la época dorada del cine mexicano, Benito Alazraki. Escritor, productor y director. De ahí su gusto y pasión por el cine, misma que ha heredado a su hijo, quien ha ganado notoriedad en el cine nacional, gracias a la famosísima “Nosotros los Nobles”. Gary fue el director de la misma y coguionista de este éxito comercial inesperado.

 

A solicitud expresa de que incursionara en el cine político mexicano para ponerle un contrapeso al cacique del género, Luis Estrada, Carlos de inmediato contestó que a tenía un proyecto en puerta, en el cual ha invertido una buena cantidad en investigación para llevarlo a la pantalla: La historia de la maestra Elba Esther Gordillo.

 

El personaje más polémico de la política mexicana desde inicios de los años 90, es toda una leyenda dictatorial dentro del magisterio sindicalizado: todopoderosa, famosa, rica, toda una celebridad política con un lado oscuro.

“Sin duda su historia merece estar en la pantalla”, apuntó Alazraki. Pero confesó que todo iba bien para poder confeccionar un guión, cuando se le atravesó una historia mucho más seductora: la del pequeño Nicolás.

 

¿Qué de grande puede tener un pequeño Nicolás contra la grande y malvada Elba Esther?

 

Sorprendentemente mucho.

 

El pequeño Nicolás es el héroe de muchos jóvenes españoles. Es toda una celebridad que terminó en la cárcel.

 

Francisco Nicolás Gómez Iglesias es su nombre. Madrileño de 20 años quien llevaba una doble vida. En apariencia, cursaba una carrera en el elitista Centro Universitario de Estudios Financieros de Madrid y tenía las mismas aficiones que cualquier otro muchacho de su edad. Pero, en paralelo y en el más estricto secreto, Francisco Nicolás había iniciado una precoz carrera delictiva que le llevó a colarse en los círculos más restringidos del poder político y económico desde los actos de coronación de Felipe VI el pasado mes de junio a reuniones con empresarios, pasando por desayunos informativos, actos con dirigentes de diferentes partidos y charlas informales en el palco del famosísimo estadio del Real Madrid, el Santiago Bernabéu. Ningún control de seguridad se le resistía.

 

Sus tarjetas de presentación eran las selfies que se tomaba con celebridades, empresarios y políticos a los que sorprendía en eventos públicos. Lo que le servía presentarse ante empresarios y dirigentes políticos como poseedor de alto cargo bien relacionado de una institución importante. Llegó a identificarse como dirigente del Partido Popular Español, de la Oficina Económica de la Moncloa, de la propia Vicepresidencia del Gobierno, de los gabinetes de varios ministerios, de las direcciones generales de la Policía y la Guardia Civil y hasta del mando de los servicios de inteligencia.

 

Prometía a sus víctimas la participación en suculentas inversiones y operaciones inmobiliarias, algunas de ellas incluso en el extranjero. La clave del éxito de esos negocios serían, afirmaba, las excelentes relaciones que supuestamente mantenía con la cúspide del poder y cuya evidencia era esta colección de selfies y fotografías sociales.

 

El pequeño Nicolás logró colarse en la recepción que ofrecieron los reyes Felipe y Letizia tras su coronación, donde el joven estafador aprovechó la ocasión para retratarse con Felipe VI. El fotógrafo lo captó con una sonrisa picarona en el momento de inclinarse frente al monarca.  Y esa imagen se convirtió en su mejor tarjeta de presentación que le permitió “charolear” su amistad con el Rey de España.

Logró, incluso, que empresas le pagaran una lujosa residencia durante un año, como centro de operaciones para cerrar tratos, además de recibir cuantiosos pagos de diversos empresarios a quienes les prometía destrabar operaciones de venta.

 

Detenido en octubre pasado, el pequeño Nicolás es toda una celebridad en España que será llevada al cine por Carlos Alazraki y su hijo Gary.

 

Posteriormente trabajarán en el filme sobre la maestra Elba Esther, primicias que compartió con nosotros, además de una extra: recién adquirió los derechos de la novela “Casi el paraíso” de Luis Spota para llevarla el cine.

 

Así, Alazraki cerró el ameno encuentro que sostuvo con un centenar de chihuahuenses que acudimos a escucharlo en una revivida Ciudad Juárez.

 

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