EN PLAN DE VUELO
Lamentablemente la perdida de la vida de niños en manos de otros infantes va en aumento, factores que han originado tal situación y solo a titulo ejemplificativo y no limitativo, pudiéramos atribuirlo al fácil acceso que existe en internet a todo lo que se nos ocurra, en efecto, internet nos dicta con pelos y señales desde cuestiones triviales cómo los accesorios de moda, cómo preparar un suculento platillo, cómo adelgazar con la dieta de la luna y hasta cómo fabricar una bomba o un veneno o un arma.
En este tenor, también pudiéramos endosar culpas a los medios de comunicación, los que cada vez nos ofrecen programas con alto contenido violento, no por nada las narco series han obtenido fabulosos éxitos en la pantalla chica.
También repara bastante responsabilidad en nuestras autoridades, en especial nuestros legisladores, citando la reciente Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes la que fue aprobada en junio del año pasado por el Congreso de la Unión, ley que disminuyó a cinco años de prisión, las penalidades máximas para todos aquellos menores de edad que cometan delitos de alto impacto, como: homicidio doloso, secuestro, violación sexual, extorsión agravada, robo con violencia física, delitos contra la salud, lesiones dolosas, trata de personas así como la posesión y portación de armas de uso exclusivo del Ejercito y las Fuerzas Armadas.
Con esta ley sería factible que menores con condenas mayores a cinco años de “Internamiento Preventivo”, por la comisión de delitos graves, puedan pedir se les haga efectivo el beneficio de la citada norma y obtener una reducción en el periodo de internamiento.
De los casos más horribles que han acaecido por todo el mundo, son:
- Brenda Spencer (1979) a quien sus padres tuvieron la brillante idea de a sus 14 años obsequiarle un rifle por las fiestas decembrinas, la joven decidió utilizar el arma en su escuela, hiriendo a ocho niños y matando a dos profesores que intentaron evitar la tragedia. Cuando se le preguntó por qué lo hizo su respuesta fue: «No me gustan los lunes
- En 1993 en Inglaterra dos niños de 10 años Jon Venables y Robert Thompson secuestraron en un centro comercial al pequeño James Bulger de tres años, que inocentemente les dio la mano para jugar un rato. Conduciéndolo a las vías del tren y matándolo a causa de los ladrillos que le aventaron y de los golpes que recibió con un tubo metálico.
- En 2004 en Japón, la joven de 11 años Natsumi Tsuji, privó de la vida a una compañera de escuela, degollándola con un cutter en un aula, a causa de que la llamó “gorda.
- Kipland Kinkel de 15 años, a consecuencia que su padre lo castigara por la mala conducta, el joven tomó el rifle del progenitor y le disparó a su padre y a su madre; eso no fue todo, ya que también se apersonó en su colegio para terminar con la vida de varios de sus compañeros de aula.
- Luke Woodham de 17 años, tras una ruptura con su novia, el muchacho tomó la pistola del padre y tras haber asesinado a su madre, se dirigió a la escuela en la que le arrancó la vida a la que fue su novia y a otros alumnos del plantel.
En el año de 2015 el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, realizó un estudio para analizar los asesinatos masivos cometidos en ese país entre los años de 1999 a 2013, los criminólogos desarrolladores de ese estudio coinciden en que la mayoría de los asesinatos colectivos cometidos con un arma de fuego, los asesinos en masa suelen estar afligidos con algún tipo de crisis emocional e inestabilidad mental que les genera su falta de apego o repudio con el grupo social que los rodea.
En nuestro país, el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, elaboró recientemente un Informe Especial de Adolescentes: Vulnerabilidad y Violencia, aplicado a menores infractores recluidos por delitos graves, así se encontró que de los 730 menores entrevistados para la citada investigación, el 62% había sufrido separación de sus padres, el 60 % tuvo algún familiar en prisión, el 31% abandono su domicilio a causa de la violencia familiar que se vivía y un 22% no contaron con figura paterna.
En suma, he expuesto varias situaciones a quienes podemos válidamente culpar del aumento de desgracias como la sucedida en Monterrey, no obstante yo atribuiría la mayor parte de la responsabilidad a las familias, y resalto que hablo de responsabilidad y no de culpa, ya que la culpa tiene como fin último al castigo ( que un castigo no devuelve una vida), y la responsabilidad nos empodera para que nos hagamos cargo de la situación y tomemos acción ipso facto y con ello logremos prevenir esos monstruosos hechos.
En los casos de los infantes que expuse con antelación, localizo la coincidencia que estos jóvenes tuvieron simple acceso a un arma, inclusive sus propios progenitores se la obsequiaron (caso Spencer), no pretendo sostener la hipótesis de que todas las familias con una pistola en sus domicilios sus hijos serán proclives a una atrocidad similar, empero, si atribuyo la colosal responsabilidad a los padres amantes de la caza o bien que cuenten con pistola en su domicilio de inculcar a cabalidad a sus vástagos que esos instrumentos no son un juguete, ya que verdadero crimen de omisión lo seria que este tópico lo tomaran con ligereza y no se agotaran todas las platicas y cuidados en ese aspecto.
En otras situaciones, los padres lamentablemente se conforman con dotarles a sus hijos de los recursos económicos, bienes y lujos, me queda claro quien no quiere lo mejor para sus hijos, empero, en vez de hacerles un bien se les hace un mal, los atiborran de absolutamente todo lo que los niños les demandan, juguetes, instrumentos y aparatos tecnológicos, tal vez para tenerlos medio entretenidos y que no estén dando lata, en algunos casos, en otros los botan a los clubes deportivos o actividades extraescolares por horas, como si estos lugares fueran una guardería para adolescentes.
O bien, los chilpayates perfectamente pueden durar años luz pegados a las tabletas o a la computadora, so pretexto de que “realizan tareas” sin que por chistar los padres reparen por un instante en enterarse que sitios visitan sus hijos en internet, cuáles son sus gustos, sus amistades, sus preocupaciones, inquietudes, preferencias o aspiraciones o tan sencillo como pasar verdadero tiempo de calidad con sus vástagos.
Así las cosas, mientras sigamos distribuyendo culpas afuera de nuestro hogar, que si al gobierno, que si a la televisión, los maestros, que si la operación mochila es violatoria a los derechos humanos, y sigamos negados a asumir la parte y responsabilidad que como padres de familia y sociedad nos concierne, estimo pues que compartimos la culpa en todos y cada uno de los crímenes cometidos por nuestros menores.
Cada vez que permitimos que en nuestras casas se vean las narcoseries o películas con violencia, cada vez que como padre permito que mi pareja me maltrate o maltrate a mis hijos, cada vez que me “pasa bobito” las horas que mi hijo está navegando en internet o chateando vaya a usted a saber con quién, cada que le muestro a mi hijo mi pistola con la ligereza como si le estuviese enseñando una manzana, ante estos actos pues inocentes, si usted gusta y su conciencia le permite catalogarlos de esa forma, al presentarse una calamidad ya sabemos de qué tipo, yo si estimo la presencia de un asesinato compartido, el ejecutor será el hijo pero que la culpa también le alcance a la familia y a la sociedad en general.
Definitivamente no es posible que ante la desgracia sucedida en Monterrey, los padres de familia e inclusive Comisión de Derechos Humanos se encuentren mas consternados y ocupados, dilapidando su energía, tiempo y sueldo en que no se violen los derechos humanos de los niños ante la práctica de la operación mochila, seguramente estos insensatos – por no decirles peor- los prefieren muertos pero intacto su derecho a la privacidad de sus mochilas.
ESCALAS
- Muchas felicidades a Omar Gerardo Santiesban Chávez, ganador del Teporaca en la disciplina de fuerza extrema, enhorabuena y que sigan los éxitos.
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