.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
¿En verdad nos sorprende la violencia?
Creo que no. La reprobamos en público, la fomentamos en privado. Ese es el reflejo de nuestra actual sociedad.
Me imagino la indignación al leer las líneas anteriores: como sociedad practicamos la hipocresía, especialmente en el tema de violencia.
No nos gusta vernos reflejados.
La violencia, durante este proceso electoral, ha tomado un papel protagónico: desde los candidatos hasta las canchas deportivas.
Es una tristeza como la violencia se ha colado hasta ámbitos que antes eran impensables: entre más pasa el tiempo, los estadios de beisbol, fútbol o canchas de básquet se convierten más en arenas de lucha que en lo que deberían de ser: lugares de convivencia familiar.
Nuestro estado tiene una gran tradición basquetbolera, que tristemente sólo es parte de la memoria de algunos. Ningún otro deporte en México está tan dividido y corrompido por intereses personales como el deporte ráfaga.
Los berrinches marcan la pauta en el básquet local y nacional. Para prueba es que hay dos ligas estatales que compiten entre sí: una “original” y otra “disidente”, que nació de un berrinche. Divididos los directivos, los equipos y los únicos afectados son los aficionados.
El deporte debe de ser factor de concordia, unión, diversión y fomento a la salud física y mental. Pero para algunos “promotores” sólo es un pretexto para fomentar la violencia, como es el caso de el arquitecto Ernesto Trejo, presidente del comité de basquetbol del equipo “Pioneros de Delicias”, quien permanece en cobarde silencio tras las agresiones que los líderes de la porra pionera hicieron a aficionados y miembros del equipo “Dorados de Chihuahua”, con quienes disputan la final de la liga estatal.
Los líderes de la porra perdieron la cabeza y dañaron el mobiliario, además de cometer agresiones contra el equipo de la capital, así como hostigamiento y violencia física hacia los aficionados dorados.
Ante eso, Ernesto Trejo Aguirre se esconde. Comprobando que es un cobarde que con versiones falsas, busca confundir a la ciudadanía.
El equipo que preside es patrocinado casi en su totalidad, por la presidencia municipal y es donde el alcalde, Jaime Beltrán del Río, aplica su especialidad: esconderse, además de solapar las actitudes nefastas, para deporte estatal, de este “arqui Trejo”.
Si Beltrán del Río no fuera cómplice de la impunidad y la violencia, ya lo hubiera cesado y encerrado tras las rejas.
Mientras ambos callan, ponen en riesgo con sus actitudes altaneras, de mafiosos que amenazan con grupos de choque, seguir hostigando y violentando al deporte ráfaga.
Estimados Jaime y Ernesto: son una vergüenza, no sólo para el deporte, para todo Chihuahua. Necesitamos a gente como ustedes, con las manos fuera del deporte.
¡No a la violencia en el basquetbol!
ULTIMALETRA
Bien dice mi querido amigo, Pedro Zavala: el deporte no es signo de vagancia sino manifestación de cultura. Pero eso, las autoridades de Delicias, no lo entienden.