.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
Carta para el Ronco Contreras
Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Don Alberto Contreras es de esas amistades que se han forjado a cornadas. La fiesta brava nos unió, desde hace más de una década, en una amistad que perdura como lo hace la fiesta brava. Hace unos días, el famoso Ronco Contreras decidió cambiar de residencia y empezar una nueva etapa en España, al lado de una de sus hijas.
Escribir de Don Alberto no es fácil. Es un hombre que ha vivido por más de nueve décadas y la gran mayoría de ellas dedicadas a la tauromaquia: en su juventud quiso ser torero y logró que uno de sus hijos fuera una leyenda del toreo mexicano.
Además, estuvo en el otro lado, como empresario, cronista taurino y defensor de la fiesta, en estos tiempos difíciles donde se humaniza al animal y se animaliza al ser humano.
Compartimos muchos cafés y copas de vino platicando de toros con su selecto grupo de amigos, al cual me honró con una membresía y me involucró en un sinfín de actividades para preservar la tradición taurina en nuestro Chihuahua.
No había semana que no coincidiéramos para tomar café y una buena taurocharla. De manera telefónica o presencial, había un contacto constante y conocí a su esposa Gloria y a su hijo Alberto, quienes se nos adelantaron en el camino, devastando al esposo y padre de familia en un lapso corto.
Admiro mucho a Don Alberto por su gran memoria, por su tesón, pasión y talento para enamorar a cualquier persona de la fiesta tan bella que es la tauromaquia. Emprendedor hasta antes de partir: queda un libro pendiente y varios proyectos frenados por la pandemia. Pero siempre anda pensando en emprender con entusiasmo de novillero, el cual siempre me ha contagiado.
En el Congreso del Estado se ganó muchas amistades y convenció a varias personas de probar la tauromaquia.
Hombre letrado y de muchos amigos que van desde el mismísimo Eloy Cavazos, Alejandro Silvetti y muchísimos matadores, empresarios y ganaderos, me honra con su amistad, la cual es toda una experiencia ilustrativa para mi: no hay charla en la que yo no aprenda de Don Alberto y más agradecido por los montones de revistas, libros y souvenirs que me ha regalado (como un puño de arena de la madrileña Plaza de las Ventas).
Sepa, mi querido Don Alberto, que lo voy a extrañar mucho, pero se convierte usted el pretexto perfecto para ir a España y, allá, charlar de toros en la mera meca taurina del mundo.
¡Olé, por usted, Don Alberto!
ULTIMALETRA
Este lunes 25 de octubre, celebraré la vida y la amistad de un gran chihuahuense: Felipe Salasplata Mendoza, quien murió el día de su cumpleaños hace 7 años. Lo extrañamos mucho sus amigos, querido jefe.