.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

En plena pandemia del coronavirus, sólo a dos de los gobernadores peor evaluados de México (en diversas encuestas), se les ocurre la brillantísima idea de intentar imponer una reforma electoral, disfrazada de argumentos varios como la participación ciudadana, renovación del poder, entre otros; cuando las preocupaciones de sus gobernados son: no perder su empleo, asegurar ingresos, cuidar su salud, el inicio del próximo ciclo escolar y un largo etcétera, en el cual no aparece para nada una reforma electoral.

 

Cuauhtémoc Blanco Bravo es gobernador de Morelos desde octubre 2018 y va invicto en el fondo de la tabla de los gobernadores peor evaluados: se mueve entre el lugar 28 y el 32, según el estudio que se lea.

 

Javier Corral Jurado es gobernador de Chihuahua desde octubre 2016 y su máximo logro ha sido aparecer a media tabla de gobernadores peor evaluados, al ocupar el lugar 24 y 28, según el estudio que se analice.

 

El 3 de junio pasado, el Congreso del Estado de Morelos aprobaba una reforma electoral polémica en medio de la pandemia: aumentaba de 20 a 24 los diputados; los partidos políticos de reciente creación podrán obtener diputaciones plurinominales, agregaba la figura de diputación indígena y la referente a que los partidos nacionales que hayan optado por su registro local, los cuales no serán considerados de reciente creación, lo que le permite recuperar su antigüedad como partido local al partido de Blanco (Partido Encuentro Social) y con ello tiene derecho a establecer alianzas con otros partidos para no perder su registro. Y un pilón, muy a modo de Blanco: reduce el número de votos para la aprobación de leyes y decretos, de las dos terceras partes de los integrantes la disminuyó al 50 más 1.

 

Todo esto en la sesión del pasado 29 de mayo y que fue puesta en receso hasta el 3 de junio, cuando la reforma fue aprobada. El 8 de junio, 19 de los 36 cabildos de Morelos, votaron en contra de la reforma, dando una bofetada institucional al gobernador Cuauhtémoc Blanco.

 

El rechazo mayoritario en Congreso del Estado de Chihuahua de la reforma electoral propuesta por el gobernador Javier Corral, lo equipara con Cuauhtémoc Blanco: sordos al sentir popular, aislados en la soledad del poder, con tufo de autoritarismo y sin oficio político alguno.

 

¿A quién se le ocurre tratar de imponer una reforma electoral en medio de la pandemia?

 

Sólo a ellos dos. Quizás esto explica totalmente, el porqué permanecen en los últimos lugares en la percepción de sus gobernados y los confunde: ¿Cuauhtémoc Corral o Javier Blanco? Estos intentos de reformas electorales los han fundido para siempre.

 

 

ULTIMALETRA

No entiendo las razones por las que copiar y pegar algo de otros países, lo califican como innovador. No hay nada innovador en ello, como el caso de las PASO plagiadas de Argentina que en Chihuahua no pasaron.

luisruben@plandevuelo.mx

 

 

 

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