.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
Usted probablemente conoce a Don Guillermo Terrazas Villanueva. Quizás de vista no, pero seguramente su poderosa voz le resulta familiar. Es un maestro de la locución, experimentado periodista, un enamorado de su tierra y un erudito musical. Usted lo escucha cada domingo desde hace una década en la segunda parte de La Hora Nacional, misma que se titula “La Hora de Chihuahua”, donde Don Guillermo nos lleva a conocer aspectos diversos de nuestro estado, desde su geografía, historia, música y la tan gustada sección de las leyendas locales.
Es un juarense orgulloso. Su privilegiada voz le ha válido reconocimiento en el medio radiofónico estatal. Es de los locutores de verdad, de los de antes, que tenían que pasar durísimas pruebas para estar frente a un micrófono. Incluso, cuenta él, pasó primero dicho examen que Verónica Castro.
Tengo la fortuna de contar con la amistad de Don Guillermo y tuvimos una interesante charla, en días pasados, sobre Juárez y Juan Gabriel, con quien tiene una anécdota en particular, que llamó mi atención, por estar alejada de todas esas que las televisoras nacionales repitieron hasta el agotamiento.
Tras los homenajes al Divo de Juárez, Don Guillermo afirma que “Ni Pedro Infante ni Jorge Negrete tuvieron tanta gente en sus funerales en Bellas Artes y en Ciudad Juárez”. Solamente en la Ciudad de México, Juan Gabriel reunió en dos días a más de un millón de personas.
Don Guillermo conoce aspectos, desconocidos para muchos, sobre la vida de Alberto Aguilera antes de Juan Gabriel.
Su padre Lucas Terrazas Valdés fue designado en 1956 administrador de la Escuela de Mejoramiento Social para menores. En 1958, siendo un niño, Alberto Aguilera llegó a dicha institución tras encontrarlo cerca del Cine Edén, allá en el centro de la frontera, vagando.
Revela que la mamá de Aguilera trabajó en la casa de Don Adolfo Álvarez (hermano de Luis H. Álvarez) en el Valle de Juárez.
“Ahí en la Escuela de Mejoramiento Social aprendían carpintería, talabartería, panadería y otras cosas. Ahí, Juan Gabriel aprendió muy bien el oficio de panadero, tanto que yo afirmo que si no hubiera sido cantante, hubiera sido un excelente pastelero”, narra Don Guillermo Terrazas.
Y continúa, “Había un centro nocturno llamado ‘El Malibú’ donde lo contrataron como Adán Luna y en algunas ocasiones fue al famoso programa ‘Noches Rancheras” en televisión, como uno más buscando proyección”.
Allá por 1968, me cuenta Don Guillermo, que Don Roberto Soto llegaban a preguntarle todas las disqueras las novedades musicales de la frontera. Ahí en la radio, trabajaba un ingeniero de sonido de nombre Antonio Carmona Iturralde, a quien le dio la instrucción de que le grabara una prueba.
Pasaron los meses y la grabación estuvo en el cajón de Don Roberto hasta que un día llegó el de la famosa disquera RCA a preguntarle por las novedades musicales y sacó el carrete de Juan Gabriel. La cinta se fue a ser escuchada en la capital del país. Esto fue en enero. “Y en junio preguntan por ese muchacho se Juárez porque le querían hacer una prueba más profesional y así se fue a la Ciudad de México a probar suerte”, añade Don Guillermo.
Un 13 de septiembre de 1993 es una fecha que Don Guillermo recuerda muy bien. Pudo platicar con Juan Gabriel cerca de media hora. Esto en un evento en su casa donde fue invitado como maestro de ceremonias
El médico Roberto Canales de la Vega organizó un evento para recaudar fondos junto con otras personas. “El costo de la velada con Juan Gabriel era mil dólares por cráneo. Ese día dimos un recorrido por la casa y pude ver el cuadro de Diego Rivera donde pintó a María Félix, ubicado en la sala”, recuerda Don Guillermo.
“Sobra decirle que estuvieron los más ricos de Juárez. Sesenta y tres personas en total”, hace memoria Don Guillermo.
Y agrega que Juan Gabriel preguntó por el maestro de ceremonias para identificarlo. Don Guillermo fue introducido por el organizador y posteriormente hizo lo propio personalmente con el famoso cantante:
-Soy Guillermo Terrazas hijo de Don Lucas Terrazas.
-¿Usted es hijo de Don Luquitas?, respondió inmediatamente Juan Gabriel.
Y recuerda que le preguntó por todo el personal que laboró con su padre en aquellos años. Y ahí nació cierta complicidad. Pues Juan Gabriel quería “sacarle más dinero a esta gente”, y le preguntó a Don Guillermo ideas para lograrlo.
Don Guillermo se quedó en blanco y Juan Gabriel pidió hojas en blanco y se puso a escribir canciones de su puño y letra que fueron vendidas ahí.
“Escribió ocho o diez canciones. La Sra. Schwarz dueña de La Popular en El Paso compró en 600 dolares una hoja de máquina que le vendió Juan Gabriel esa noche”
Para terminar me confesó que a Juan Gabriel le ha escuchado el piropo mas elegante en su vida: Fue a Maribel Guardia. Y le preguntó si tenía los pies planos. Maribel respondió con incertidumbre que no. Juan Gabriel le replicó: “Pensé que algún defecto debía de tener usted”.
“Esa es la clase de hombre que era Juan Gabriel”, finaliza Don Guillermo.
ULTIMALETRA
Muy bien por que vuelva el Festival Internacional Chihuahua. Maru Campos y Garfio dejaron atrás las pugnas y entendieron que los pleitos no sirven para gobernar.