En Plan de Vuelo

En la fastuosa creatividad legislativa notoria por su ausencia y fieles a la moda de apañar cuanta norma funciona en otros países sin reparar en las diferencias abismales e incontrovertibles existentes entre nuestro México y los países Europeos, en cuanto a cultura, índices delictivos y criminales, entre otros.
Recientemente, nuestros senadores aprobaron una reforma a la Ley General de Salud por la cual todas las personas serán donadores de órganos a menos que hayan manifestado expresamente su negativa de serlo, en este tenor, se entenderá que existe el consentimiento del presunto donante, simplemente cuando éste no haya externado su negativa a que su cuerpo o componentes sean utilizados para trasplantes, según se infiere de la aludida ley.
La presunción en el consentimiento para la donación de órganos no es un tema novedoso en el mundo, países como Bélgica, Portugal, Noruega, Croacia y Austria, lo contemplan desde hace tiempo, constituyéndose así, como países líderes en transplantes a nivel mundial.
Existen dos países europeos que hace apenas escasos meses incorporaron a sus legislaciones el consentimiento presunto para donación de órganos, me refiero a Francia y Holanda.
Cabe resaltar que en Holanda se suscitaron álgidas discusiones y colisión de posturas en este rubro, inclusive la aprobación de la ley se efectuó con una votación extremadamente ceñida, con una diferencia de dos votos.
Entre los argumentos de los detractores de esta ley de donación holandesa encontramos los siguientes: «solo se puede considerar donante a quien haya dado el consentimiento expreso para ello”; «el cuerpo de los holandeses no es propiedad del Estado, es suyo”. Otros
afirman que con dicha norma «se lesiona el derecho de las personas a decidirse por algo tan íntimo y trascendente y que la forma para externar la negativa de ser donante pudiera generar confusiones.
Para evitar el desconcierto en la manera en que las personas que no desean ser donantes puedan patentizar su negativa, la ley contempló que los habitantes de aquel país recibirán una notificación oficial en la que se les preguntará si desean ser donantes de órganos; también prevé la existencia de una credencial de donante en la cual se especificará su anuencia o bien su negativa de ser donante. Ante la falta de estos documentos, entonces, los familiares podrán externar cuál era el sentir de la persona fallecida en ese tema.
Como observamos, Holanda contempló e implementó los mecanismos y procedimientos para respetar la voluntad de aquellas personas que no desean ser donadores de órganos, sin embargo, nuestra reforma Mexicana
Únicamente establece vagamente dicha situación, en los siguientes términos: «El escrito por el que la persona exprese no ser donador, podrá ser privado o público, y deberá estar firmado por éste, o bien, la negativa expresa podrá constar en alguno de los documentos públicos, o medios electrónicos, que para este propósito determine la Secretaria de Salud, en coordinación con otras autoridades competentes”, sin definir claramente cuales serán esos medios electrónicos o bien, cuánto tiempo tardará la Secretaria en implementarlos.
Evidentemente, esta reforma obedece a la carencia de personas que acepten ser donadores de órganos y ante la cifra de más de 21 mil personas que se encuentran en lista de espera para recibir un transplante.
Sin embargo, México no es Holanda, este último país tiene sorprendentemente baja la cifra de criminalidad, inclusive han tenido de cerrar cárceles ya que ya no eran utilizadas y bueno, en nuestro país todo lo contrario las que hay simplemente ya no se dan abasto.
Ello lo menciono ya que considero que efectivamente existe la imperiosa necesidad del fomento a la cultura de la donación de órganos, sin embargo, abrir la posibilidad de que ahora prácticamente en automático todos seamos donantes pudiera también acarrear otros serios problemas como elevar la criminalidad con el fin del tráfico de órganos, conflictos en la forma en la que una persona externa su negativa de ser donante, ya que en principio de cuenta si partimos de que se reconoce el derecho de toda persona a decidir sobre su cuerpo, por ejemplo está el caso del aborto, el consumo de droga con fines lúdicos, entonces una omisión en la manifestación de la negativa no necesariamente importa un consentimiento, sin embargo para esta ley el que calla otorga.
ESCALAS
1. Hay que fomentar la creatividad legislativa, no la piratería legislativa.
2. Me puede escribir a: fabiola@plandevuelo.mx