.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
Quien ha estudiado las elecciones de los Estados Unidos, tiene en la cabeza el nombre de James Carville. Él fue el estratega de la campaña presidencial más audaz, mucho antes de las redes sociales; la que transformó la manera de comunicar la política en ese momento: la del entonces gobernador de Arkansas William Clinton.
En aquella campaña, se hizo famosa la hoja impresa con los temas fundamentales de la campaña para derrotar a George Bush padre:
- Cambio vs más de lo mismo.
- La economía, estúpido.
- No olvidar el sistema de salud.
El segundo se volvió himno y credo de esa campaña, en la que el entonces presidente que buscaba su reelección, tenía entre sus virtudes electorales sus grandes logros diplomáticos y militares, Clinton aprovechaba una recesión para poner la atención en la economía (con la guía de James Carville) y logró revertir el 90% de aceptación que tenía Bush padre para sacarlo de la Casa Blanca.
Eso fue en 1992.
En los inicios del 2020, los demócratas en Estados Unidos, no pueden volver a utilizar esa fórmula porque se les ha revertido.
La cadena de noticias CNN hace encuestas mensuales sobre la aprobación del presidente, preferencias electorales y temas económicos, entre otros; con el afán de construir contexto rumbo a las elecciones primarias y caucus y posteriormente la elección presidencial de noviembre 2020. Dichos ejercicios marcaban que en marzo 2019 la economía era la joya de la presidencia del polémico Donald Trump: 7 de cada 10 dijeron que la economía se encuentra en buen estado, porcentaje que se mantuvo para junio.
Para diciembre 2019 ese porcentaje creció en 6% para llegar a una cifra histórica, no vista desde el 2001: 76% de los entrevistados aprobaron la situación económica de los Estados Unidos.
El arma secreta que Clinton utilizó para sacar a Bush padre de la Casa Blanca es ahora el arma secreta del republicano Donald Trump. A la gente le interesan los resultados; sus tuits, exabruptos y demás extrañas conductas salen sobrando si hay más monedas en el bolsillo de todos.
¿Importa algo más en la nación más capitalista de todas?
Y no se necesita vivir en el paraíso de los doláres para saber que el tema económico es un poderoso aliciente para votar a un candidato; ahí están como ejemplo las elecciones presidenciales de Argentina del pasado 27 de octubre, en las que los peronistas perdieron 10% entre las primarias de agosto y la elección presidencial, y aún así ganaron por 7% al oficialismo que buscaba reelegirse. Su estrategia se basó en la economía, mientras que la del presidente Macri (que buscaba su reelección) fue en resaltar las grandes obras de infraestructura, por lo que se podían ver pintas y escuchar consignas contra Macri tales como “¡Si no comemos asfalto”, “No necesito puentes, necesito más plata”, entre otras.
El 3 de febrero arranca el primer caucus en el estado de Iowa, en donde se irán perfilando los perfiles entre los demócratas, quienes viven un proceso interno de selección de candidatos muy feroz, que los ha debilitado, mientras que Trump mejora en aceptación y en intención del voto.
A Trump no le interesa ser el más popular (su popularidad llegó en diciembre a su punto con 45%) sino ganar el colegio electoral, que son los votos que cuentan para mantenerse en la Casa Blanca, el voto popular no.
Sin un rival demócrata fuerte y con una economía cada vez más sana en los Estados Unidos, Donald Trump es invencible.
ULTIMALETRA
Hoy tiene una cita con la historia mi querido amigo Antonio García Mariñelarena, el famoso torero que lleva en su apodo el orgullo por su tierra: “El Chihuahua”. Hará el paseíllo en La Plaza México otra vez, con la esperanza de que sea la tarde definitiva para brillar en el coso de Insurgentes. ¡Que Dios reparta suerte, mi Tony!