Por Luis Villegas Montes
Por Luis Villegas Montes
 
Hace justos cinco años, en una editorial que llevaba por nombre la sobada consigna de: “2 de octubre no se olvida”, entre otras cosas escribí: 

“Chihuahua atraviesa por una de sus peores épocas. No es sólo el deterioro de sus instituciones, la inseguridad patente, las muertes, los robos. Es esta incivilidad que parece haberse enseñoreado del Estado; contaminándolo todo con su maligna influencia… con el Gobierno del Estado a la cabeza. […] Un gobierno incivil, rupestre, prepotente, demagógico y soberbio. […] Sí, no cabe duda: El 2 de octubre no se olvida. Sigue corriendo por las venas de estos ‘nuevos priístas’ la sangre dinosáurica de sus predecesores”.1

 

Tal pareciera que en estos largos cinco años no ha pasado nada. El mismo Gobierno y la misma actitud grosera, ególatra, prehistórica, equívoca y altanera. Solo el nombre de los protagonistas ha variado un ápice, los hechos son los mismos. El día de ayer, durante el IV Informe de Gobierno, el titular del Ejecutivo en la Entidad, hizo varias afirmaciones, delicadas, que no han sido ponderadas bastante por los medios de comunicación; nos detenemos en dos declaraciones estruendosas, por terribles:

 

La primera de ellas, la afirmación rotunda del titular del Ejecutivo de que de ninguna manera él endeudó a Chihuahua.2 Esta afirmación categórica, que supuestamente no admite réplica, contrasta con los hechos, esos sí, irrefutables: Respecto de la deuda, la marca la tienen el DF, con 62 mil 962 millones de pesos; la 2ª, Nuevo León, con 51 mil 911; y en 3er. lugar, Chihuahua, con 41 mil 768 millones; sin embargo, uno de los saltos más espectaculares, es decir con mayor crecimiento en el último año, lo ha dado este, con un incremento de 79.4%;3 y en relación a la deuda per cápita, el Estado ocupa el primer sitio, superior a los 12 mil pesos por persona.4 En cuanto a la proporción de las obligaciones financieras con respecto al Presupuesto de Egresos de 2013, para Chihuahua representaron el 91%, mientras que para Nuevo León el 78% y para el DF un 39%.5 Lo anterior significa que en proporción al tamaño de la economía y del gobierno del Estado, Chihuahua es el Estado más endeudado de la República, proporcionalmente hablando. En resumen: La deuda prácticamente se triplicó en 4 años al pasar de 12 mil 547 millones de pesos durante el 2010 a 41 mil millones en los primeros meses del 2014.6 Esos son los hechos. Las declaraciones, las certificaciones, los “reconocimientos” de organismos internacionales (principales beneficiarios del endeudamiento), etc., salen sobrando.

 

Más peligrosa, en cambio, más sombría y funesta para Chihuahua, es la segunda afirmación, y transcribo: “No he perdido el rumbo. Muchos hubieran esperado que me metiera debajo del escritorio (con la inseguridad), y poder con ello desbancar a mi partido del Gobierno. Pero no les vamos a dar ese gusto”;7 esto es grave. Quiere decir, que la visión del Gobernador prescinde de la verdad, de la objetividad y de la honradez intelectual, para guiarse por criterios estrictamente político; por el riesgo de ver a “su” partido fuera del Gobierno.

 

Eso lo explica todo.

 

Eso explica el porqué se habla de cifras alegres en materia de seguridad pública que obvia el hecho de que Chihuahua forma parte, junto con Guerrero, Sinaloa y Edomex, de las cuatro entidades que concentran el 44% de los 6 mil 61 homicidios ocurridos de 2014. De porqué se habla del incremento de la matrícula de estudiantes de nivel superior, pero no del aumento de desempleados dentro de esta categoría (desempleados con estudios superiores) que hace 14 años representaba el 14% para el grado superior y el 5%, con nivel medio superior; para el 2014, ambos porcentajes ascendieron, respectivamente, al 21% y al 15%; un crecimiento exponencial de casi un 200% y un 300%.8 También explica la razón de porqué no se haga énfasis en el combate a la corrupción, cuyos índices, casi duplican la media nacional; ni del desarrollo democrático, con indicadores alarmantes pues Chihuahua, pues ocupa el lugar 30 de 32 -solo por debajo de Oaxaca y Michoacán-;9 respecto a derechos políticos y libertades civiles, ocupa el penúltimo lugar, y en lo relativo a la calidad institucional ocupa un penoso 18º lugar, también por debajo de la media nacional.

 

Contra lo que se diga desde la élite del poder, más perdido el rumbo no se puede. De seguir así, cualquier tragedia puede volver a repetirse desde la matanza de un 2 de octubre cualquiera hasta la antropofagia que victimizara a José Ruiz Massieu y a Luis Donaldo Colosio (Y si no, que le pregunten a Marcos Quezada).

 

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