.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

 

Javier Corral ha sido noticia durante la semana debido a su detención por manejar en estado de ebriedad en la zona sur de la Ciudad de México. El panista que hace tres años fue parte de un proceso electoral interno de los más sucios en la historia del Partido Acción Nacional y quien, hábilmente supo ganar en la mesa, lo que en las ensuciadas urnas de aquella elección, no pudo ganar.

 

Sus relaciones de altos vuelos en algunos medios de comunicación, algunas élites intelectuales, económicas, políticas y judiciales le dan una relevancia a nivel nacional que pocos chihuahuenses tienen en el momento.

 

Es un panista de extraña composición: radicalmente convencido de los postulados conservadores de su partido y con su corazón más alineado a las formas de la izquierda de antaño.

 

Nadie puede negar que es un hombre culto y hábil. Su género musical favorito es el tango (muchos dirán que no es sorpresa) y es sin duda, un político tenaz.

 

Sin embargo, su soberbia intelectual es su mayor enemigo. Se cree un ser superior a usted y a mi; nadie tiene la razón, salvo él. El es dueño de todas las verdades verdaderas y no hay margen para debate. Es muy común que solicite el debate de manera muy democrática, pero de las forma más antidemocrática, rechaza opiniones diversas a la suya.

 

Esa manera de conducirse le ha llevado a ser un político poco confiable, en la actualidad: sus arrebatos de superioridad y cero margen de debate o negociación han derivado en rompimientos tajantes con quienes en el pasado había tejido alianzas que se percibían sólidas. Y no sólo las rompe, sino que exhibe con grandes cantidades de calificativos a sus otrora aliados. Ahí está el caso de Mario Vázquez, Gustavo Madero y quienes fueron parte de su equipo por años y ahora no lo pueden ver ni en pintura.

 

Corral sabe que no tiene suficiente fuerza ni peso en Chihuahua pero si en el Distrito Federal, tan es así que pudo esconder la información de su detención por casi una semana. Y a esa fortaleza le apuesta.

 

La creación de Unión Ciudadana tiene como pretexto el golpeteo permanente al gobernador César Duarte para destruir su imagen, generarle odio e ingobernabilidad; actuando como kamikaze contra su tierra. Pero el objetivo real de este movimiento es debilitar a la dirigencia estatal del PAN que encabeza Mario Vázquez.

 

A pesar del pasado pleito de Corral y Madero, ambos entienden que se necesitan y, como pareja a punto del divorcio, fueron a terapia y lograron una tórrida reconciliación.

 

A Gustavo Madero le conviene minar al dirigente estatal panista para poder insertar, el año que viene, a sus cuadros en las candidaturas y esa alianza beneficia a la compañera de copas de Corral, la diputada plurinominal y candidata perdedora de la dirigencia panista y la alcaldía de Cuauhtémoc, Rocío Reza (no debemos olvidar que ya fue parte de un escándalo etílico en la famosa Bodeguita del Medio de Puerto Vallarta con los diputables panistas).

 

Corral es el instrumento perfecto de Madero para estar golpeando a la dirigencia panista pero Corral tiene otro objetivo.

 

Su primera etapa consistió en manchar la imagen de César Duarte con calumnias y la segunda será generar la percepción pública de que Mario Vázquez es un dirigente panista subordinado al gobernador priísta. Manchar a Duarte para después manchar a Vázquez y luego acercarlos, conforme se acerquen los tiempos de definir la candidatura a gobernador.

 

¿Para qué?

 

Para poder llevarle pruebas a Gustavo Madero de que cualquier candidato panista a gobernador estará vendido y que sólo él es capaz de ser un candidato competitivo y el héroe que recuperará la gubernatura para el panismo. Es decir, hábilmente, está generando condiciones para ser impuesto candidato sin necesidad de pasar por una elección, la cual seguramente perdería.

 

A Javier Corral le interesa destruir a la actual dirigencia sin el mínimo amor al partido que le he dado todo. No le importa destruir al PAN con tal de lograr sus objetivos y muchos no parecen darse cuenta de ello.

 

Están sus personalísimos intereses sobre la institución fundada por su paisano Gómez Morín y especialmente sobre la militancia panista.

 

Todo su plan iba bien…hasta el pasado 7 de marzo donde se le pasaron las copitas y tuvo la gran idea de manejar y acabó arrestado. El caudillo panista, el ser moralmente perfecto, cayó presa de su humanidad…precisamente para que no se le olvide que no es una deidad.

 

Hechos como este, quizás nos pueden pasar a todos, pero con Corral adquiere mayor relevancia porque en su soberbia se proyecta como el hombre impoluto, moralmente superior y que no se equivoca.

 

El caminito que se había trazado para lograr destruir al gobierno de Duarte y a su propio partido toma una pausa y me hace recordar un fragmento del tango “Caminito” del gran Carlos Gardel que le queda perfecto:

 

“Caminito que entonces estabas
Bordeado de trébol y juncos en flor
Una sombra ya pronto serás
Una sombra lo mismo que yo…”

 

Después de este error que pegó duro en su gran ego…quizás de Unión Ciudadana sólo quede sombras y deje colgados a sus integrantes, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.

 

ULITMALETRA

La Cineteca Nacional llegó a Chihuahua. Es un gran logro largamente añorado por muchos y que nos brindará cine de calidad siempre en el Museo Semilla.

luisruben@plandevuelo.mx

One Reply to “El caminito de Corral por Luis Rubén Maldonado Alvídrez”

  1. Estoy de acuerdo en la soberbia de Javier Corral, en los vaivenes desastrosos de los partidos politicos, sin embargo tampoco puedes ocultar lo que vimos en Television acerca de todas las acusaciones y tus tontas respuestas sobre lo que firmaba el C. Cesar Duarte. Disculpa, pero eso quedo grabado en cada chihuahuense que vimos los reportajes, y es vergonzoso que aun lo tengamos como gobernador.

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