Por Antrop. Marco Gutiérrez Mendoza
Por Antrop. Marco Gutiérrez Mendoza

En la actualidad las fuerzas armadas para algunas naciones son el punto medular de su fortaleza, con el despliegue de un ejercito organizado, disciplinado y leal los mandatarios de un país le muestran a su población y al resto del planeta que están preparados para afrontar cualquier amenaza en sus fronteras o intereses. Estados Unidos es el ejemplo mas claro de un Estado basado en la fuerza militar, al mas puro estilo romano los estadounidenses creen en que sus fuerzas armados son las responsables de la seguridad nacional, protegen la “libertad” y que al final todos y cada uno de ellos son norteamericanos que decidieron entregar sus vidas en beneficio de la colectividad.

 

Seria interesante realizar una serie de reflexiones en torno al papel de los ejércitos en la historia, de tal forma seremos capaces de saber si el brazo armado del Estado en realidad están persiguiendo el bienestar común o funcionan como un conglomerado de sujetos programados para ser mandados y nada mas. A lo largo de la historia los pueblos que se consideran como guerreros tuvieron ejércitos, en la Grecia antigua los Espartanos veían en la guerra el elemento primigenio de su existencia, de tal forma la organización social estaba estratificada para que los niños fueran disciplinados y entrenados en las artes de combate. Herederos de la tradición griega, los Romanos cimentaron su poderío en un ejercito organizado y poderoso, gracias a esto esta civilización se expandió en gran parte del mundo en ese momento conocido. Mas adelante en la historia existieron otro tipo de ejércitos menos organizados pero igualmente efectivos como el de los Hunos y el de los Vikingos que se caracterizaban por su fiereza y determinación a la conquista de otros territorios.

 

Durante la Edad Media la humanidad en Europa se organizó para formar ejércitos que respondieran a monarcas y a los intereses cristianos, de tal suerte un gran numero de personas unieron sus fuerzas para luchar por la fe contra los invasores de tierras santas.

 

A finales del siglo XVI el mundo había cambiado, el sistema capitalista se extendía, Colon descubrió América y con este descubrimiento la economía de intercambio fortaleció la necesidad de protección de las monarquías y de los intereses de los ricos, por lo que el soldado ya no solo seguía un designio de Dios y del monarca, sino de los intereses de particulares. Con la llegada y consolidación del Estado Nación, posterior a la Revolución Francesa e Independencia Norteamericana, las fuerzas armadas de los países modificaron su finalidad, los gobiernos se dieron cuenta que las multitudes iracundas no eran tan eficaces como un individuo capacitado, leal y programado a servir a ojos cerrados. Fue así que países como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, ya en el siglo XX, tenían en el ejercito un mecanismo completamente fiel que encarnaba el nacionalismo y el amor a la patria.

 

Desgraciadamente para finales del siglo XX y principios del XXI los ejércitos pueden ser sometidos a un análisis si en realidad buscan el bienestar común. Al final un ejercito es un grupo de individuos a los cuales se les reparten tareas y rangos, una estructura piramidal que está para servir y no preguntar. Con el sistema neoliberal algunos ejércitos son utilizados para procurar en el papel causas justas como la libertad (en el caso de Estados Unidos), pero la verdad es que esta libertad no es mas que la preservación del libre cambio, la expansión en el mundo del sistema capitalista e intervenir en pueblos que poco saben y quieren de la llamada libertad, el ejemplo mas claro es Irak.

 

En todo esto el individuo, el soldado, se da cuenta que lucha por causas que no pensaba, se encuentra lejos de su hogar, queda con trastornos mentales serios en algunos casos y como una generalidad a nivel psicológico y social no puede volverse a insertarse en su medio. No es la intensión quitar méritos a la labor de los ejércitos, por el contrario, es conocido su utilidad y patriotismo, mas es necesario el eliminar y desenmascarar el engaño en el que viven tantos seres humanos creyendo que persiguen causas humanitarias y solo son utilizados por los intereses comerciales que al final benefician a los mismos de siempre.

 

Hoy los ejércitos están en crisis al igual que el esquema nacional, el sistema capitalista y la globalización los hace actuar en contra de sus principios y estatutos. Como en toda organización hay buenos y malos soldados, personas déspotas y humanitarias, pero por lo pronto si el plan es seguir conformando el mundo en países es necesario saber cual es el interés de tener un ejercito,¿ el de beneficiar a las cúpulas de poder o al pueblo?, es una pregunta que nos debemos plantear.

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