CUU.- Enrique Serna, célebre escritor mexicano y autor de uno de los libros más populares entre la clase política mexicana en la actualidad, charló en exclusiva para Plan de Vuelo Radio durante su visita a Chihuahua con motivo de la edición 2019 de la Feria del Libro que organizó la Secretaría de Cultura del Gobierno Estatal.

El libro que lo trajo a Chihuahua es El Vendedor de Silencio, un acercamiento novelado a un personaje siniestro del periodismo mexicano: Carlos Denegri, a quien revive para regocijo y condena de los lectores contemporáneos.

Explica que su intención al escribir la novela no fue enlodar más la reputación del protagonista pero tampoco elogiarlo; retratarlo como el ser humano soberbio y vulnerable a la vez.

Analizamos un fragmento del libro en cuestión. En el que Denegri viaja al informe del gobernador de Sinaloa de apellido Sánchez Celis, de quien investiga tras bambalinas que está fuertemente ligado al narco. De manera sutil, Denegri le comenta al folclórico sinaloense que, de conocerse en la capital del país dicha información, el presidente Díaz Ordaz le daría cuello.

Recibido el mensaje, Sánchez Celis, horas mas tarde, le envía a una mensajera muy peculiar a su cuarto de hotel: la recién coronada Miss Sinaloa, portadora de un diminuto bikini y un sobre en mano con la leyenda: Con los saludos del Señor Gobernador.

El sobre en su interior trae el chayo, es decir, una cuantiosa aportación económica por su silencio y discreción: 50 mil pesos de la época.

Le pregunté a Enrique Serna su opinión sobre lo que muchos pensaban de esa clase de periodismo corrupto y corruptor, ya no existía en México.

Con una ligera sonrisa, me respondió: Pues se equivocan. Basta ver el sexenio pasado en Veracruz, por ejemplo, donde gobernaba Javier Duarte; pues había una unanimidad absoluta en los periódicos a favor del gobernador, los tenía comprados a todos.

Y finalizó:

Es algo que está vigente en la vida política mexicana y por algo el gobierno de Peña Nieto se gastó 3 mil millones de dólares en sobornos y publicidad para periódicos, pero ni así le sirvió para mantenerse en el poder.»

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