.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
¿Qué es un periscopio? Instrumento óptico que permite, por medio de espejos o prismas instalados en un tubo vertical, la observación de una zona inaccesible a la visión directa; como el de los submarinos.
Pues resulta que en internet hay zonas de observación muy poco accesibles a la visión directa: la vida de alguien más en otro lugar. Así nació en 2013 un aplicación llamada “Periscope” (periscopio en inglés) como producto de los ímpetus emprendedores de by Kayvon Beykpour and Joe Bernstein, quien consiguieron financiamento de varias fuentes, para poder fundar su compañía que desarrolló esta aplicación que está revolucionando el mundo de las redes sociales.
Periscope te permite observar una transmisión de video en vivo de cualquier usuario que lo esté haciendo en cualquier parte del mundo. Es decir, gráficamente en un mapa se puede observar quiénes en qué parte del mundo están haciendo una transmisión en vivo.
Es una idea sencillísima que nos permite conocer la vida diaria de alguien en Tokio y compartir la propia para el mundo entero.
Como Periscope es una aplicación ligada a la red social Twitter, puedes seguir a los mismos usuarios de Twitter que usen Periscope y generar tu red de seguidos y seguidores, con quien compartir tus transmisiones, mismas que, como en Misión Imposible se autodestruyen pero en 24 horas.
Las puedes compartir a través de una liga web y también guardarlas.
Periscope ha vuelto visible el mundo cotidiano invisible para quien quiera verlo. Muchos periodistas o conductores de programas, comparten sus momentos previos al inicio de su programa, en los cortes o al final; López Dórgia, Pepe Cárdenas, Eduardo Ruiz-Healy, Adela Micha o Ricardo Alemán son algunos de los populares usuarios de Periscope del mundo de las noticias nacionales.
En lo local, tenemos a Juan Enrique López, Pedro Zavala, Ricardo Perea, Edgar Peinado y Osbaldo Salvador Ang son buenos ejemplos del uso de Periscope para su labor informativa.
Pero, la fiebre del periscopio digital, ha llegado a la política. Podemos ver a políticos utilizando esta herramienta para mostrar escenas cotidianas de su trabajo, como la hace el magistrado Jorge Ramírez Alvídrez, quien quizás sea el funcionario que más usa sus redes sociales desde sus épocas como diputado; un verdadero funcionario digital.
Así vemos a la diputada local Mayra Chávez, a los hoy candidatos a gobernador Enrique Serrano y Javier Corral, así como a los precandidatos a diputados Pedro Ignacio Domínnguez, Yaneth Romo y Karina Velázquez. Lo propio hace la precandidata a presidenta municipal, Maru Campos.
Recién iniciado el año, la delegada de Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, la famosa Xóchitl Gálvez, anunció que su gobierno sería verdaderamente abierto y uno de los mecanismos para transparentarlo era transimitir a través de Periscope las acciones que se van realizando, así como las faltas que estén cometiendo los ciudadanos y exhibirlos.
La ciudadanía exige a gritos hoy en día, cuentas, transparencia, apertura, de los “villanos” del gobierno. Esos que dice el pensamiento popular, todo esconden y no les gusta ser exhibidos. Como ciudadanos queremos ver sus fallas en los periódicos, en los noticieros, queremos que ardan en la “leña verde” de la opinión pública.
Pero, ¿a nosotros como ciudadanos nos gusta ser exhibidos por la autoridad cuando violamos la ley? Y más aún, ¿qué sea transmitido a todo el mundo?
Este debate nació del desafortunado encuentro de Arne Aus den Ruthen Haag, ex jefe delegacional por el PAN en la misma demarcación hace más de una década y hoy convertido en poderoso “city manager”, responsable del correcto funcionamiento de los servicios de la Miguel Hidalgo, con los guardias de un poderoso empresario que estaban estacionándose sobre las banquetas de la famosa avenida Presidente Masaryk.
Arne lo estaba transmitiendo vía Periscope. Documentando esa falta en particular, como la había hecho previamente con otros ciudadanos. Los guardias que custiodaban a este hombre de negocios se percataron que un individuo los estaba grabando y le propinaron una golpiza magistral, llena de insultos y le robaron su teléfono celular, como mecanismo para impedir la grabación, pero nunca contaron que la transmisión era vista por muchos ciudadanos a través de Persicope.
Como ciudadanos, nos gusta exigir transparencia y apertura, pero no nos gusta dar lo que exigimos. A los mexicanos no nos gusta cumplir la ley. Romper las reglas (erróneamente) nos eleva a un estado de “chingonería”. En México, si rompes las reglas eres “chingón” si no eres simplemente un idiota.
Entonces el periscopio digital se vuelve incómodo. Tan incómodo que en la Ciudad de México comenzó un gran debate para impedir que los gobiernos como el que encabeza Xóchtil Gálvez no puedan exhibir a los ciudadanos que infringen la ley.
La cosa llegó hasta la Comisión de Derechos Humanos de la Gran Tenoch, quien determinó un “protocolo” para el uso de Periscope por parte de las autoridades de la capital del país y éste incluye, también, que los ciudadanos no podrán hacer denuncias por esta vía.
Un total absurdo en pleno siglo XXI, donde se pensaba que la censura era cosa del pasado; donde se pensaba que el mexicano en el poder y el gobernado, habían evolucionado, pero no. Sólo vamos para atrás. Escondiendo el polvo con la escoba bajo el tapete.
ULTIMALETRA
Hoy eligen los panistas candidatos a diputados en la capital. Veremos que tan pulcro sale el proceso para elegir a quienes competirán por los distritos 15 y 16.