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Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

 

La gran fiesta nacional de Francia que se celebra el 14 de julio, es una de las más famosas y coloridas del mundo entero. Millones de personas esperan ver por televisión el famoso desfile en los Campos Elíseos de París, además las familias francesas toman por asalto las calles de todas las ciudades (sin importar tamaño), para festejar y recordar la toma de la toma de La Bastilla, hecho que marcó el inicio de la Revolución Francesa.

Celebraciones como ésta, dan identidad a las naciones. En nuestro país, es el equivalente a la ceremonia del grito de independencia, donde los fuegos artificiales, la música y la alegría se hacen presentes. Siempre con un gran despliegue de las fuerzas de seguridad, como un elemento obligatorio de las mismas, que en México, servían para apaciguar a los ebrios, escandalosos o eufóricos revoltosos a quienes la fiebre nacionalista, se les sube esa noche.

A nadie le pasa por la cabeza, que en una noche de fiesta nacional, puede suceder nada grave.

Y así, el 15 de septiembre de 2008, vimos por los medios de comunicación, el lamentable atentado en el centro de la ciudad de Morelia, donde en medio de más de 30 mil personas, sujetos hicieron explotar dos granadas de fragmentación. El saldo del trágico evento que conmocionó a nuestro país fue de 7 muertos y 132 heridos, manchando de sangre, nuestra mayor fiesta como país.

Hace unas cuantas horas, en la Costa Azul francesa, específicamente en la glamorosa ciudad de Niza, la tradicional celebración de la toma de La Bastilla, en unos cuantos segundos, pasó de ser fiesta, color y alegría a espanto, llanto y tragedia.

La nación gala, estaba por terminar el estado de excepción decretado en noviembre pasado tras los siete ataques distintos en siete puntos de la ciudad de París en los cuales se registraron 130 muertos y más de 350 heridos, cuando en pleno júbilo nacional, cuando un camión embistió a la multitud que se encontraba esperando los fuegos artificiales. Su trayecto fue dos kilómetros, en los cuales se llevó a cuanta persona había en su camino: hombres, mujeres, niños… hasta que la policía local abatió al conductor, identificado como ciudadano franco-tunecino.

Y previo a estos ataques, hay que recordar, que esta lamentable ola de ataques terroristas, comenzó el 7 de enero de 2015, tres hombres armados que asaltaron la redacción de la revista «Charlie Hebdo», que había publicado unas caricaturas sobre Mahoma, y mataron a 12 personas, incluido el director de la publicación.

¿Qué pasa en Francia?

En poco más de un año, han sido tres lamentables acontecimientos terroristas, dos de ellos atribuidos al islamistas o (hasta el momento de escribir estas líneas) el de Niza, a un joven musulmán de origen tunecino.

Francia se ha convertido, recientemente, en el receptáculo de las expresiones de venganza y odio de radicales del Islam. El de Niza se da justo después de la Eurocopa 2016 y en medio del estado de excepción, que terminaría el 26 de julio y justo por este terrible acto en la Costa Azul francesa, se ha extendido tres meses más, por mandato del presidente François Hollande.

A un año de las elecciones presidenciales en Francia, el atentado va a recrudecer el debate despertado por el populismo de derecha inglés que derivó en el Brexit, además del estadounidense Donald Trump, quien ya radicalizó su postura y afirmó que los hechos en Niza, son evidencia contundente de la guerra del Islam contra el occidente.

Se va a intensificar las actitudes racistas contra musulmanes, además de reavivar el debate sobre la inmigración y el cierre de las fronteras. El aislacionismo, presente en la campaña en Gran Bretaña, donde ganó la salida de la Unión Europa, será un tema que cobre aún más relevancia y quizás ponga a pensar a muchos franceses en que abandonar la Unión Europea, al fin de cuentas, no sería una mala idea.

La tesis trumpista de construir muros para proteger lo que le pertenece a los estadounidenses, para evitar que los “malos” inmigrantes los sigan invadiendo, se convertirá en un debate mientras Francia llora a los 84 muertos (hasta este momento de redactar) y lamenta con profunda tristeza que su tradicional 14 de julio, pasó de ser la gran fiesta nacional a convertirse en una tragedia para el mundo entero.

ULTIMALETRA

El PRI a nivel nacional tuvo, recientemente, a dos “dinos” a la cabeza. Ahora que Peña Nieto designa a un perfil más “nuevo”, surgen críticas por todos lados. Pues, ¿qué quiere el PRI? ¿Seguir el camino de los “dinos”? ¿Caras nuevas pero no tan nuevas? Y luego se quejan de que esa institución política es percibida como anquilosada y arcaica por vomitar a los nuevos militantes y liderazgos, para seguir perpetuando dinastías.

luisruben@plandevuelo.mx


Luis Rubén Maldonado Alvídrez

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