Hace una semana se llevaron acabo las votaciones para elegir diputados con un elemento que pesa mucho en quienes triunfaron: las mujeres compitieron, al menos en Chihuahua, en condiciones de equidad y mayoría.
El PRI se alzó como el gran triunfador a nivel estatal con una contundente victoria en 8 de 9 distritos, donde destacan las victorias de Georgina Zapata, Adriana Terrazas y María Ávila Serna.
Ciudad Juárez tendrá, como nunca antes, una representación femenina histórica. 3 de 4 diputados federales por la frontera son mujeres. El PRI no sólo demuestra que ofertó buenos cuadros, demostró que tiene mujeres listas para la competencia electoral.
Y cómo no iba a tener buenos cuadros femeninos listos, si detrás del contundente triunfo en el estado está una mujer: Karina Velázquez.
Los panistas han intentado imponer una agenda para que se hable de la derrota del PRI en un solo distrito, sin embargo la sociedad no es tonta, como los panistas creen.
La victoria priísta estuvo encabezada, no sólo por una mujer trabajadora y capaz, sino una priísta con una militancia probada.
Pocos saben que la todavía diputada federal, ha sido la candidata priísta con más alta votación en el distrito con cabecera en Parral: 78,605, incluso a nivel nacional fue el distrito que menor votación tuvo el entonces candidato, Andrés Manuel López Obrador.
Karina tiene una larga historia dentro de la Confederación Nacional Campesina: desde la más humilde comisión a nivel local hasta la más importante a nivel nacional, como es ser diputada cenecista.
Conoce la estructura de su partido como muy pocas personas, porque ha pasado por cada parte de ella: desde barrer el comité municipal de su natal Parral hasta ocupar puestos de dirigencia, regidurías y suplencias de candidatos.
Además, no es como cualquier político que conoce el estado en sus recorridos de campaña, Karina siendo candidata volvía a los municipios a saludar a sus amigos que ha hecho a través de su trabajo partidista.
La confianza que el PRI puso en ella, al designarla secretaria general de la dirigencia estatal en 2013, fue un reconocimiento a su labor de partido; pero el hecho de llegar a ser la segunda mujer en dirigir los destinos del priísmo estatal es un triunfo de las mujeres priístas de todo el estado, especialmente a las que han dado vida y soporte al sector campesino del tricolor.
A inicios de este año, cuando asumió la dirigencia que dejó Alex Domínguez, los sectores que tradicionalmente dominaron el control del PRI, dudaron de ella. Incluso muchos de sus compañeros de grupo, tenían sus dudas.
Meses después, Karina Velázquez forjó un equipo sólido que fue factor de unión en el PRI, lo que a la postre se tradujo en una barrida de 8 a 1 sobre el PAN de Mario Vázquez, callando la boca de quienes dudaban de su capacidad y liderazgo.
Detrás de este triunfo, dice ella, hay mil padres, pero hay un liderazgo sólido, el de una mujer comprometida y leal con su partido y la gente que representa como diputada.
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