Por: Ténor Ángel García

Escrita por Wolfgang Amadeus Mozart M:. M:. con texto de Emmanuel Schikaneder, la flauta mágica expone una iniciación masónica en toda la ópera, está llena de simbolismo en escena y en música que conforman toda la obra, en conjunto, como siempre lo ha hecho la ópera, y en este caso particular añadiendo la representación de la iniciación del neófito.

Un poco de historia

Mozart había sido iniciado el 14 de diciembre de 1784 en la logia Zur Wohltätigkeit (la beneficiencia) en Viena Austria; el 7 de enero de 1785 fue exaltado a compañero y es entonces donde su V:. M:. Ignaz Von Born le regaló su libro Über die Mysterien der Ägypter (sobre los misterios egipcios) que fuera una obra de suma importancia para el compositor y además una de las fuentes principales para la creación de la ópera Die Zauberflöte. Fue exaltado a M:. M:. el 22 de abril de 1785. La flauta mágica se estrena el 30 de septiembre de 1791 cerca de los últimos meses de vida de Mozart, y Emmanuel Schikaneder quien fuera hermano de logia de Mozart, se engalana con el estreno de la ópera al igual que el compositor y logran hacer la obra más representativa hasta ahora sobre la iniciación masónica. En ese tiempo, María Teresa de Austria, primera mujer que dominó sobre los dominios de Habsburgo, prohibió la masonería en Austria durante los cuarenta años de su reinado, sin embargo su hijo José II quien fuera su sucesor la autoriza nuevamente justo cuatro años antes de que nuestro querido Mozart fuera iniciado. Como se cuenta de boca en boca los problemas económicos del compositor siempre estaban en un alto índice de gravedad y pide a Schikaneder que escriba el libreto para hacer una ópera grande, la cual a pesar de ser catalogada como singspiel dejó además como de costumbre una maravilla estética en su calidad y perfección musical, un legado se simbolismos masónicos y enriquecimiento filosófico para los iniciados quienes rápidamente podrían advertir el mensaje “oculto”.
“Se necesita más cultura y preparación para poder reconocer el valor de ésta partitura que para negarlo. Aunque la masa de los espectadores sólo goce con el espectáculo en sí, a los iniciados no les pasará por alto el sentido profundo de la obra”. Goethe.

La naturaleza de la obertura en las presentaciónes operísticas era en verdad el llamado para el inicio de la función; es sabido que durante su ejecución el público gozaba de conversaciones con sus allegados, compartían alguna bebida y se preparaban para sentarse a escuchar lo que a continuación aguardaba, pero con el paso del tiempo y hasta nuestros días, esa costumbre se fue haciendo a un lado dando paso a la seriedad desde el inicio del preludio hasta su final haciéndolo parte de la función y atendiendo al mismo como un fragmento dentro de la obra completa; la razón se debe posiblemente a que el público también sabe y nota que la obertura está formada por motivos que se encuentran dentro alguna escena de la ópera y por tanto va exponiendo sus temas y desarrollo previo a que inicie formalmente el acto.

Simbolismo
Musicalmente hablando, la obertura comienza con tres acordes aludiendo a los tres golpes que debe tocar cualquier profano para pedir su iniciación, la partitura está en tonalidad de Mi bemol cuya armadura en el pentagrama es de tres bemoles y aunado a esto, como bien debe ser el raciocinio y comprensión filosófica del sentido de la iniciación masónica siendo éste la transición y camino de la oscuridad hacia la luz, de las tinieblas hacia el resplandor, la partitura comienza en su relativo menor que es Do menor haciendo notorio el cambio de una sensación oscura que terminará dando lugar al candor. Los personajes son en efecto parte del simbolismo: hay tres damas, tres parejas, tres jóvenes.

Libreto

Desde el inicio Mozart y Schikaneder nos regalan la exposición de la búsqueda de la verdad y el claro deseo de dejar los vicios y los malos hábitos para ser un masón libre y de buenas costumbres. El personaje Tamino viene huyendo de una serpiente que lo persigue, a quien podemos atribuir el crédito de los miedos, la ignorancia, el deseo por encima de la razón y la oscuridad que mora en el profano. Las tres damas aparecen desde el inicio rescatando de ese problema a Tamino, ellas, con su espada de plata cada una, se encargan de recibir de primera instancia al vulnerable joven; le muestran el maravilloso retrato de Pamina, hija de la reina de la noche, cuya belleza enamora a Tamino y decide ir a buscarla. Las tres damas le indican cómo llegar y además le aclaran que tres muchachos lo guiarán para saber cómo encontrarla. Ellos, de nuevo dando un mensaje masónico, le indican que para obtener lo que busca debe ser firme, paciente y callado y solo así vencerá como un adulto. Tamino llega y se encuentra frente a tres templos, el de la sabiduría en el centro, el de la razón a la derecha y el de la naturaleza, y queda frente a ellos pensando qué elegir; además de esto se encuentra entre las columnas a quienes describe como “las columnas que muestran la sabiduría, el trabajo y las artes” y asegura severamente frente a ellas “¡mi intención es noble, pura y limpia!”. De la puerta del templo de la sabiduría sale el orador quien le pregunta hacia dónde se dirige y qué busca en ese santuario, a lo que Tamino responde: El reino del amor y de la virtud. Y de nuevo se presenta otro mensaje dentro la próxima iniciación cuando Tamino pregunta sobre Pamina al orador y él responde: El juramento y el deber atan mi lengua, sólo conocerás la verdad cuando te introduzca en este santuario y la mano de la amistad te ligue eternamente. Sarastro, quien tiene en su poder a Pamina, permite la entrada de Tamino al templo y menciona literalmente a los servidores iniciados de Osiris e Isis que tiene hoy a un hijo de rey frente a él y busca entrar en el santuario de la luz, por lo cual dice que su deber es ofrecerle la mano, a lo que los tres sacerdotes presentes preguntan: ¿Es virtuoso? ¿Es discreto? ¿Practica las buenas obras? Y Sarastro responde en acierto a todas por Tamino. Sarastro canta su Aria “Oh Isis und Osiris” a quienes pide se le conceda el espíritu de la sabiduría para Tamino para quien solicita que si debiera morir que se le recompense acogiéndolo en el templo; tal como se simboliza la iniciación masónica. A Tamino se le exige realizar los tres viajes para poder otorgarle la luz necesaria y sabiduría que le darán la libertad que necesitan él y Pamina quien también a su vez de la mano de Tamino realiza los tres viajes y logran soportar el paso de los mismos de manera exitosa para recibir la bienvenida al templo. He aquí también un punto importante, Mozart nos revela en su ópera la aceptación de la mujer en la masonería, tema que en esos tiempos ya se estaba discutiendo y que da por hecho que será bien recibida como hasta ese momento había sido posible solo para los hombres. Por otra parte, la entrada del personaje Sarastro es acompañada por seis leones, lo que da a entender, por tres, que simboliza el grado 18 en la masonería, definición que caracteriza al personaje por ser quien representa el poder del amor y la virtud. Aunado a esto, la entrada del coro en el segundo acto está conformada por tres frases de 6 compases cada una volviendo a mostrar el número 18 en la partitura.
La relevancia de la flauta mágica como tal será el símbolo de la música dentro de esta historia que tiene momentos cómicos, dramáticos y esotéricos en una sola representación que además es un exponente primordial del ritual de iniciación a la masonería. Mozart nos deja más de mensaje en esta obra y no podemos decir oculto porque la verdad y el conocimiento está al alcance de todos quienes deseen adquirirlo y observarlo, sino muy claro y representativo de una gratitud y respeto que encontró, como muchos de nosotros, únicamente en la masonería para él y por amor a la humanidad.

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