En Plan de Vuelo
El Instituto Nacional de la Mujeres señaló que, con datos de la Encuesta Intercensal, que cerca de 32. 8 millones de mujeres mayores de 12 años han tenido 1 hijo, lo que representa 69.4% de esa edad, de ellas 1 de cada 3 tiene de 1 a 2 hijos, es decir un 32.1%, mientras que el 23.6% de ese mismo sector tienen entre 3 y 4 hijos. El 13.6% señalaron tener 5 hijos o más.
Indicando a su vez que en 2015 el 7.8% de adolescentes de 12 a 19 años son madres, una población de 3.7 millones aproximadamente.
Ahora bien se estima que las mexicanas tuvieron su primer embarazo, en promedio, a los 21 años de edad, y de cada 100 mujeres, 28 ejercen su maternidad sin pareja.
No sólo las mujeres en etapa adolescente se están convirtiendo en madres a temprana edad, sino que además la mayoría no logra culminar sus estudios profesionales, pues la encuesta señala solo el 14% de las progenitoras cuenta con educación superior; y el 8% no tiene escolaridad, encontrándose la mayoría de las madres jóvenes entre la secundaria y la preparatoria.
Para el 2015 de los 31.9 millones de hogares en el país, un 85% cuenta con mujeres que tienen al menos 1 madre con hijos nacidos vivos.
Lo anterior nos arroja un panorama por lo que respecta a las madres, ahora bien, si analizamos la situación de esos menores que han venido a dar a luz, tenemos que en el año de 2015 el INEGI realizó un estudio que revelaba que más de 30 mil niños y adolescentes habitaban en orfanatos de todo el país, mientras que la Red por los Derechos de la Infancia aportaba el lamentable dato de la existencia de otros 29 mil menores sin cuidados familiares ni institucionales.
Siguiendo con las cifras angustiosas, México se encuentra por arriba del promedio mundial en la tasa de abortos en las mujeres de entre 15 y 24 años de edad, lo anterior ya que en base a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, en México se han reportado 33 abortos por cada mil embarazos mientras el promedio en el mundo es 29 por cada mil, según lo dio a conocer el Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia en el año de 2015.
De los números antes señalados se destaca lo siguiente: Resulta verdaderamente espelúznate imaginar como una niña (de edad inferior a los 12 años) pueda convertirse en madre, cuando precisamente ella es aun una niña.
La edad promedio en el que las mujeres en nuestro país se embarazan lo es a los 21 años, aunado a los demás datos de las encuestas en comento, podemos inferir que en la mayoría de las ocasiones las madres jóvenes truncan sus estudios debido a que les es menester trabajar arduamente para cubrir los gastos necesarios para su familia; lo que hace que la falta o deficiente preparación académica les impida o bien, obstaculice acceder a empleos mejor remunerados y con mayores oportunidades de desarrollo profesional.
Siguiendo con el análisis, encontramos que las cifras de abandono de infantes, así como de aborto también resultan perturbadoras, no me es difícil imaginar que una niña o bien una adolescente de 14 años no se encuentre en posibilidad de cuidar a un niño, cuando prácticamente ellas se encuentran para que las cuiden todavía.
Esfuerzos varios se han realizado por parte del Gobierno, con programas educativos para prevenir el embarazo a temprana edad o bien embarazos responsables, así mismo también encontramos apoyo por parte de organizaciones civiles que brindan opciones para las madres quienes no están seguras de desear ejercer su maternidad y prefieren opciones como la adopción antes que el aborto.
Sin embargo, considero que el principal impulso se debe recibir es en las familias, que nunca se escatimen esfuerzos por parte de los progenitores en cuidar de sus hijos (innumerables embarazos de menores de edad que se ocasionan por abuso de tipo sexual), en brindarles el tiempo de calidad necesario para que ellos puedan manifestar sus inquietudes, concederse el tiempo , para conocer a nuestros hijos, para estar al pendiente de sus necesidades y metas, así como poder orientarlos y encaminarlos para que ellas se logren.
Es bien sabida la frase que un embarazo siempre es una bendición, sin embargo discrepo de tal aseveración, en ciertos casos, ya que verdaderamente cuando este no es deseado puede convertirse en un calvario tanto para la madre como para el mismo niño, que pena más aberrante el crecer sabiendo que tu madre te detesta, o bien que te abandonó en una cloaca y eso en los mejores casos, ya que también se suscitan perversidades como la venta de niños, estimo pues que en ninguno de los casos apuntados, resultó ser una bendición para ese inocente el venir a este mundo para ser vejado, ultrajado e inclusive ser víctima de explotación sexual.
ESCALAS
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