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Las plataformas digitales de video bajo demanda han revalorado a algunos géneros que estaban alejados de las salas de cine comerciales y se han insertado como uno de los favoritos, especialmente durante este año de pandemia. Uno de ellos es el documental.
Sí. Ese género cinematográfico nunca ha tenido un lugar importante en las salas de cine, salvo en algunos circuitos culturales como el de la Ciudad de México, en el resto del país no es una alternativa y mucho menos, negocio.
Documentar la historia más allá de los libros, es fundamental.
Uno de los primeros en entender eso, hace más de tres décadas fue Enrique Krauze, quien fundó su editorial Clío y se hizo famoso, allá por los años 80 con unas ediciones de colección sobre la vida de algunos personajes de la Revolución Mexicana y, con la cercanía del cambio de siglo, unos documentales en video sobre la historia política de México en sus diferentes etapas.
El jueves pasado se llevó a cabo la presentación de un documental necesario en la vida pública de Chihuahua: el verano caliente de 1986.
¿Por qué es necesario?
Independientemente de qué lado le tocó vivir esa intensa época, no había un material que uniera las piezas del rompecabezas de ese turbulento verano en el que los claxons eran el arma de guerra y protesta; los engomados de Baeza y Barrio eran tomados como agresión y sin piedad, fueron quebrados ventanas de casas y automóviles, además de que las voces priistas y panistas chocaban en las calles como nunca: fue una polarización política jamás vista que separó familias enteras.
El documental “Chihuahua,1986: el verano caliente” fue presentado en redes sociales por la alcaldesa de Chihuahua Maru Campos y Enrique Krauze. En una unión muy importante para rescatar parte de este episodio que marcó a nuestro estado para siempre.
Aunque están voces neutrales como Javier Contreras, creo que es un buen primer capítulo de lo que deben de ser varios. Con la distancia que da el paso del tiempo y el debilitamiento del PRI, un segundo capítulo debe incluir a actores priistas de aquella época.
Importante sería conocer la opinión de Fernando Baeza, Arturo Proal, Mario Tarango, Jaime Ríosvelasco, Sergio Granados, Rubén Beltrán Acosta, Francisco Rodríguez Pérez, Gustavo Ramos Becerra, Mario De la Torre Hernández y hurgar en las memorias de Saúl González Herrera, Felipe Salasplata Mendoza, Ramiro Alvídrez Frías y otros personajes determinantes en la política chihuahuense de los años ochenta.
ULTIMALETRA
Más esfuerzos institucionales se deben de hacer para recuperar sucesos relevantes de la historia de nuestro estado, ante el retroceso que quiere para México, López Obrador.