EN PLAN DE VUELO
La inequidad de género es un problema generalizado a nivel mundial.
Aunque algunos países han logrado progresos significativos en este tema, la inequidad sigue en niveles altos. Si una mujer aspira a ganar lo mismo que un hombre, las estadísticas disponibles muestran que no tiene muchas alternativas para lograrlo dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La brecha salarial de género será equitativa en 170 años a nivel mundial si continúan las tendencias actuales, ya que la diferencia para este 2016 aún sigue siendo de casi el doble entre hombres y mujeres de acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial.
Los tres países que encabezan la lista de naciones de la OCDE con mejor desempeño en el terreno de la brecha salarial por género son Islandia, Suecia y Noruega, pero la situación varía dentro de los países que componen la OCDE.
Según PwC se estima que Polonia lograría que hombres y mujeres ganen en promedio lo mismo en el 2021, Estados Unidos lo haría en 2070 y México en el 2115. Por otro lado, las mujeres alemanas tendrán que esperar a que la brecha se cierre en ese país en 2297, las españolas esperarían hasta el 2230 y las surcoreanas hasta el 2118.
México repitió en el lugar 33 de empoderamiento femenino en el lugar de trabajo. Según los datos de PwC, en México hay una diferencia salarial de 16.7% entre hombres y mujeres. Las mujeres en México tuvieron un incremento del 20% del salario para alcanzar a sus contrapartes masculinas en el desarrollo de actividades similares.
A principios de este año se revelaron datos de representativa importancia, en lo concerniente a desequilibro laboral de genero, por parte del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), resultados que colocaron a México en el lugar 128 entre 144 países en el tópico de desigualdad salarial entre hombres y mujeres.
Según el Índice Global de Brecha de Género 2016, las mujeres mexicanas no consiguen incluirse al mundo laboral, en un igual porcentaje que los varones. Cabe señalar que en este rubro, México se encuentra en el lugar 66
El WEF resalta la importancia de que los gobiernos provean a las mujeres de mejores oportunidades para su desarrollo económico.
Si bien es verdad los esfuerzos realizados para reducir la brecha de desigualdad laboral han ido en aumento, prueba de ello fueron las cifras expuestas por la importante firma internacional denominada Grant Thornton, en un estudio que realizó el año pasado, según el cual, México es el país, en el Continente Americano con el mayor porcentaje (24%) de mujeres en puestos directivos de medianas y grandes empresas, seguido Estados Unidos y Canadá con el 23%, posteriormente Brasil con el 19% y Argentina con 15%.
Por lo que respecta al ámbito gubernamental, con la reforma del artículo 41 constitucional por virtud de la cual se constriñe a los partidos políticos a garantizar la paridad de género, en candidaturas a legisladores federales y locales.
Sin embargo, se observa que carecemos de normativa encaminada tanto al poder ejecutivo, como al poder judicial. En relación al segundo de los citados, en días pasados la Diputada Federal por San Luis Potosí Ruth Noemí Tiscareño Agoitia propuso una iniciativa para reformar el artículo 94 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos para que indique que en la conformación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Consejo de la Judicatura Federal, “se procurará la paridad de género”.
La legisladora expuso que “pese a la existencia de numerosas leyes que procuran la igualdad de géneros, aún es posible percibir la existencia de numerosos espacios que permanecen, si no vedados, por lo menos sumamente acotados para las mujeres”.
Externando también que “para procurar la igualdad a la que se aspira, se debe fortalecer la presencia de las mujeres en los espacios de decisión con el objetivo de que participen en la conducción del país. Así como en el Legislativo ya se refleja la intención de hacer realidad la equidad de género, bien vale la pena reflexionar sobre la forma en que se puede abordar este mismo tema en el ámbito del Poder Judicial, un espacio importantísimo de decisión del Estado mexicano sobre el que muchas veces omitimos adentrarnos, pese a que tiene como función principalísima la defensa e interpretación de la Constitución”.
En este sentido insoslayable mencionar que la presidencia de la SCJN jamás ha sido ocupada por una mujer, que los ministros son y han sido en su mayoría varones, incluso, actualmente de los once ministros que la integran, solo dos son mujeres.
Indudablemente tanto en el ámbito privado como público, se han realizado bastantes avaneces en materia de equidad de género, inclusive por que no comentarlo, existen algunos rubros que a mi llana opinión, han arribado a los excesos, lo que acarrea lo mismo que se buscaba atenuar, el desequilibrio en los géneros y se ha confundido el términos “equidad de género” con protección exclusiva y desmedida a un género en específico, mancillando a su vez, los derechos del otro…”
Ahora bien en el tópico materia del presente artículo, esperemos que las acciones en favor de la equidad laboral continúen y se estabilicen en el punto que efectivamente se logre el equilibrio laboral entre hombres y mujeres, aunque esto represente un acrisolamiento al poder público de su capacidad para expedir y mantener legislación dirigida precisamente a lograr ese balance.
ESCALAS
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