.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
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Emmanuel Macron es el nuevo ídolo de la política mundial. El sucesor de Barack Obama en el imaginario colectivo mundial. El hoy presidente francés, es el nuevo paradigma político que todos quieren imitar.
En 2007, Barack Obama irrumpió en el mundo político, refrescando ese anquilosado universo. Derrotó con mucha creatividad, enjundia y tecnología a quien representaba a “los mismos de siempre”, a una de las dinastías políticas más poderosas del Partido Demócrata de los Estados Unidos: La de los Clinton.
Obama era un senador más, un David ante el Goliath que era la dupla Bill-Hillary Clinton. Con muchos menos recursos que sus rivales internos y nulo linaje político, decidió apostar por la cercanía con la gente, el mensaje esperanzador y el empoderamiento de los jóvenes en su campaña. Innovó rotundamente en el marketing político con el uso de las redes sociales para comunicar y recaudar fondos para su campaña: se olvidó de los grandes donadores y apostó por millones de pequeños donadores a través de Facebook.
Obama, en 2008, era el ejemplo a seguir: todos querían una campaña gráfica como la de Obama, todos querían imitar su estilo, sus discursos y su campaña en redes sociales. Entre 2009 y 2014 la Obama-manía era absoluta.
Obama acabaría su doble periodo presidencial y parecía que dejaría un enorme hueco en la política mundial: del rockstar político que era Obama, Estados Unidos decidió por un showmen.
¿Quién supliría a Obama como el nuevo paradigma político? ¿Donald Trump?
Pues, aunque hay varios imitadores del presidente del pelquín, Francia reveló al nuevo paradigma político mundial: Emmanuel Macron.
Macron fue elegido presidente de la Francia, algo impensable hace sólo un año y todavía hoy difícil de creer si se atiende a su edad, experiencia e ideas políticas. Gran parte de su éxito se debe al exitoso manejo del marketing político.
El marketing político ha sido testigo de diversos cambios en la propia forma de aplicarlo: Vicente Fox en México, Barack Obama en los Estados Unidos, Michelle Bachelet en Chile y ahora, el francés Macron.
Los procesos electorales, uno de los campos de batalla preferidos por este segmento de la mercadotecnia, ya no necesariamente se ganan con la televisión, sino que el internet se ha convertidoen un poderoso aliado, utilizando las nuevas formas de comunicación política alternativa, que posibilitan el posicionamiento de candidatos, partidos y temas de campaña en sectores específicos de la sociedad.
¿Qué llevó a Macron a la presidencia de Francia?
Un candidato desconocido e independiente. El político de 39 de años es considerado un “europeísta”, en tiempos de una eurofobia dirigida principalmente por el Brexit inglés. Fue el cerebro económico del vapuleado presidente socialista François Hollande, banquero de inversión en un país receloso con las finanzas, joven en una clase política conservadora.
Su sorprendente transformación de ser prácticamente un desconocido como ministro de economía a convertirse ene l gran favorito para alcanzar la presidencia francesa, se explica por su éxito en presentarse como un reformista al margen del sistema.
Un político verdaderamente diferente. Su continua búsqueda de un perfil diferenciado, a la derecha de los socialistas pero con tintes sociales y cosmopolitas que lo alejan de los conservadores, convirtió a Macron en un ente extraño.
No es el orador más dotado ni cuenta con el carisma de otros políticos, pero siempre da la sensación de saber bien de qué habla. Ha conseguido proyectar esa imagen de ser cuidadosamente arreglado, pulcro y elegante.
Aunque toma sin rubor elementos prestados de la derecha y la izquierda, creo que el mayor aplauso se lo lleva por no haber caído a la tentación de prometer cosas irrealizables, error demasiado común en todos los políticos del mundo.
El niño maravilla de las finanzas. Hijo de dos médicos de Amiens, una ciudad al norte de Francia, Macron se formó en la gran escuela francesa de cargos públicos, la ENA (Escuela Nacional de Administración), donde coincidió con una generación que hoy toma las decisiones.
Tras completar sus estudios comenzó a trabajar como inspector de finanzas, antes de desembarcar en la empresa privada de la mano de la banca de negocios Rothschild en 2008, de la que llegó a ser socio, gracias a su precoz habilidad para lograr acuerdos, apoyado en una buena red de contactos con el mundo político, como el que cerró para que Nestlé comprará la división de leches infantiles de Pfizer por 9 mil millones de euros.
También fue en Rothschild donde pudo conocer bien España y a sus élites, gracias al trabajo que realizó en la reestructuración financiera del grupo mediático PRISA.
Sus rivales lo han atacado con la etiqueta de ser “amigo de las finanzas”, él insiste en que su carrera es precisamente lo que le distingue de los políticos profesionales que han vivido toda su vida del dinero público. Como banquero, ya compaginaba su labor con la colaboración con el entonces candidato a la presidencia François Hollande.
De la empresa a la política. Convencido de que la política es una “droga dura”, entró en el Palacio del Elíseo en 2012 junto a Hollande como secretario general adjunto, donde fue el arquitecto de las primeras reformas económicas impulsadas por François Hollande.
Su pecado original, no haber sido nunca elegido para un cargo en unos comicios, le privó de ser ministro del presupuesto en el primer gobierno de Manuel Valls, con quien entonces tenía una relación muy estrecha.
Cinco meses después, en agosto de 2014, le llegó el turno de asumir la cartera de economía de manos de Arnaud Montebourg, cabecilla del ala izquierda de los socialistas.
Sucesor de Barack Obama. Su intención de cabalgar en solitario quedó clara hace un año con el nacimiento del movimiento político “En Marcha”, plataforma inspirada en la campaña de Barack Obama en Estados Unidos desde la que lanzó su candidatura presidencial, tras dimitir del gobierno francés en agosto de 2016.
El expresidente de Estados Unidos manifestó su apoyo oficial a Macron, una razón que ha dado confianza al electorado francés, quien observó los resultados del demócrata en su país.
“No tengo planes de involucrarme en muchas elecciones ahora que yo ya no me tengo que presentar a unas, pero las elecciones francesas son muy importantes para el futuro de Francia y los valores que tanto nos importan. Porque el éxito de Francia importa a todo el mundo”, explicó Obama en su momento.
Emmanuel Macron es hoy en día, el nuevo ídolo político del mundo, a quien todos querrán imitar en 2018.
ULTIMALETRA
“La política demanda pasión, pero, a la par, mesura, sosiego interno, dominio de sí mismo, para no intentar dominar a otro u otros; aspirar a dominar las cosas y no a los hombres”, decía un mexicano cuyo legado permanece encerrado en el cajón del olvido: Jesús Reyes Heroles.