Ideario Común

Por Víctor Luján

 

En días pasados circuló por las redes sociales, incluso en edición para WhatsApp (una disculpa por el anglicismo), un video sin parangón en la historia moderna de la seguridad interna nacional, un helicóptero de la marina-armada de México daba cuenta de un grupo de narcotraficantes en la Ciudad de Tepic, en una acción digna de cualquier fuerza armada de primer nivel en combate y defensa de la soberanía nacional; 500 balas por segundo fueron suficientes para dar una demostración de poderío y capacidad letal contra quienes envenenan a nuestros hijos y dañan la imagen de la República.

 

El primer destinatario que vino a mi mente, después de ver ese video, fue el xenófobo de Trump y la polémica desatada por la conversación telefónica con el presidente Enrique Peña Nieto, donde supuestamente el ominoso personaje le habría ofrecido ayuda para abatir a los “Bad Hombres infiriendo que las instituciones mexicanas son pusilánimes y rudimentarias en el combate al crimen organizado local y transnacional, algo que pudiera resultarle por demás desconcertante al Ejecutivo Federal Mexicano, y aunque la verdad no peca pero incomoda, queda claro que los asuntos internos del país se dilucidan en otros foros endógenos y suponiendo que formaran parte de una estrategia hemisférica de seguridad, serían los organismos internacionales constituidos ex profeso y que –dicho sea de paso- han costado millones de vidas, donde el Presidente de Estados Unidos pudiera argüir su postura de coordinación binacional para el combate a los cárteles transnacionales que trafican drogas hacia el principal consumidor en el planeta: United States of America.

 

Desde el inicio de la estrategia federal de seguridad Calderonista, cuyo eje medular fue la salida del ejército a las calles a lo largo y ancho del territorio nacional, se auguraba un desgaste crónico de las fuerzas armadas, pues existían, y aún permanecen dos elementos que a la fecha continúan generando disensión en el actuar castrense frente al crimen organizado: primero, no existe un marco jurídico de actuación que regule sus patrullajes, investigaciones e intervenciones en la vida cotidiana de los ciudadanos, y segundo –y aquí seré por demás lacónico- el ejército y la marina son para la guerra, para la defensa de la soberanía y las fronteras nacionales.

 

Regresando al video, se aprecia a los marinos ejerciendo las funciones para la que fueron preparados: ser letales y precisos, y en ese sentido se envió un mensaje claro y contundente hacia el vecino del norte, en México sí podemos con los hombres malos. Lo que resulta inexorable es el análisis que evidencia que el gobierno federal mandó a su mejor equipo a combatir al crimen, un equipo que debería ser protocolo secundario del gobierno del país y no la constante, poniendo al descubierto que las corporaciones policíacas, investigadoras y de inteligencia, así como la estrategia de seguridad del presente sexenio y los gobiernos locales no han evolucionado y por ende, no han aprovechado el tanque de oxígeno que la SEDENA y SEMAR les han otorgado para su preparación técnica y profesional que permita construir instituciones sólidas, especializadas y eficientes en el combate a la delincuencia en todas sus modalidades.

 

Estructurada como una acción estratégica de comunicación o un simple golpe de suerte,  la filmación que dura poco más de 30 segundos se configura en un moderno mensaje “diplomático” ad hoc a la tuitercracia adoptada por el presidente de Estados Unidos: Nosotros sí podemos con los “Bad Hombres”, Mr. Trump.

 

victorlujanlara@hotmail.com

twiter: @victorlujan79

Facebook: Victor Luján

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *