Esta Semana Santa, muchos tendrán al menos una semana de descanso, gracias a la conmemoración de la Pasión de Cristo. Con tanto tiempo libre, vienen las programaciones en los canales de televisión abierta y de paga con las típicas películas sobre Jesús y su camino hacia La Cruz. Y aparecen un montón de producciones mexicanas de la época dorada, así como las épicas bíblicas de los años 60, que se produjeron en Hollwywood.
Sin embargo, nosotros les proponemos un cambio, para esta temporada vacacional de Semana Santa, con una lista de películas prohibidas para esos días santos:
1. Alucarda, la hija de las tinieblas (Dir. Juan López Moctezuma,1978)
Histeria, religión y sexualidad, Alucarda es una película mexicana de horror sobre monjas y monasterios desquiciados. Aquelarres, flagelaciones féminas, vampiros y posesiones se muestran en el metraje altamente fantástico y aterrador del director Juan López Moctezuma, mismo que posteriormente trabajaría junto a Jorowsky en EL Topo y Fando y Lis.
2. Viridiana (Dir. Luis Buñuel, 1967)
Silvia Pinal interpreta a una mujer a punto de ser monja quien visita a su tío, quien se enamora de ella al parecerse a su difunta esposa. El periódico del Vaticano la tachó de blasfemia mientras que el gobierno español (franquista), a raíz de esto, la enlató unos 17 años cuando terminó el régimen. Buñuel declararía «Nunca tuve la intención de escribir un argumento de tesis que demostrara, por ejemplo, que la caridad cristiana es inútil e ineficaz. Solo los imbéciles tienen esas pretensiones.»
3. El crimen del Padre Amaro (Dir. Carlos Carrera, 2002)
Momentos antes de su estreno, grupos religiosos en México buscaron prohibir su lanzamiento. El entonces gobierno del presidente Vicente Fox, proyectó la película de forma privada a diversos grupos y aunque ProVida buscó su cancelación, no lo lograron y hasta hace algunos años era la película mexicana más taquillera en la historia de México.
4. La última tentación de Cristo (Dir. Martin Scorsese, 1988)
Esta película fue censurada durante muchos años en varios países latinoamericanos incluyendo México. Tuvieron que pasar 16 años para que el público pudiera ir al cine en 2004, su estreno fue apenas un par de semanas antes que otra película con algunas críticas pero no del tamaño de la de Scorsese: La Pasión de Cristo.
5. La Mala Educación (Dir. Pedro Almodóvar, 2004)
La cinta española con Gael García Bernal plantea desde el universo del famoso director el abuso sexual a menores por parte de curas. Todo se pone peor, cuando a los años el cura, que colgó los hábitos y se casó para tener una familia, desarrolla una relación con el hermano de uno de los chicos de los que abusó, que a su vez está en la transición de cambio de sexo.
6. La Vía Láctea (Dir. Luis Buñuel, 1969)
Como muchas de sus películas, trata de temas como el catolicismo, comunismo y surrealismo. Utilizando el surrealismo y la narrativa no lineal, Buñuel relata la historia de la herejía cristiana a partir de la época de los romanos. A pesar de que se burla del catolicismo, algunos católicos la consideran altamente significativa. Esta ambigüedad respecto a la ideología de Buñuel puede provenir de su formación católica y de las diversas maneras en las que la Virgen se representa a lo largo de la película.
7. Silence (Dir. Martin Scorsese, 2016)
Trata la historia de dos misioneros jesuitas portugueses interpretados por Adam Driver (Star Wars: El despertar de la fuerza) y Andrew Garfield (Spider-Man), que se enfrentan a la prueba más grande de fe cuando se ven en la necesidad de viajar al Japón pagano del siglo XVII en busca de su desaparecido mentor Liam Neeson (Taken), de quien se rumora renunció a su fe bajo tortura. En Japón, los dos misioneros enfrentan un dilema: se pueden salvar ellos y los japoneses conversos de la muerte por crucifixión, en la hoguera y por ahogamiento, si niegan su religión; tendrán que confrontar su fragilidad humana con una comprensión mucho más profunda del amor y gracia de Dios en medio de su silencio.
8. Ida (Dir. Pawel Pawlikowski, 2013)
Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi.