En Plan de Vuelo
Sin pretender en modo alguno inciar discusiones infecundas relativas a quién se lleva la medallita de la culpa, en torno a los vilipendiosos actos perpetrados el pasado veintidós de junio del presente en el Palacio de Gobierno, mismos de los cuales resultaron importantes daños en piezas valiosísimas de nuestra historia y diversas laceraciones no por menos carentes de valor en la dignidad de todos los chihuahuenses.
Como lo dije en un comienzo del presente escrito, no pretendo externar mi opinión acerca de responsabilidades; ya que por principio cada quien debe responsabilizarse a cabalidad de la conducción de su vida. Mi artículo va enfocado a las curiosas y encogidas reacciones de las que pudimos ser testigos: una vez que acaeció el ataque en Palacio de Gobierno, mi ser aún no alcanza a dimensionar cómo algunas personas de todos los niveles académicos pudieron observar con repulsiva y ofensiva aprobación tales hechos; llegando al ultrajante extremo de comparar a los participantes de la arremetida con personajes como José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo y Costilla, entre otros.
Me escarnecen bastante estas comparaciones y más aún, ver lo buenos que somos para unirnos por las desgracias de Paris, Bélgica y Orlando; casos en donde sí divisamos la violencia y por ende la reprobamos. Pero en nuestra propia tierra la celebramos.
No se parecen ni en un ápice y sostengo que se revolcarían en su tumba de conocer esa repulsiva comparación; ya que precisamente fue por lo que dieron la vida: por un país civilizado, un país de instituciones y por un estado de derecho, donde hubiera los medios legales conducentes para lograr las cosas. Por eso lucharon. Por ese estado de derecho que precisamente estos miembros de la revuelta han vejado.
Quebranto me producen estos hechos violentos, ya que sí creo en las instituciones, y no solo en las nacionales, ya que también se ha luchado por el acceso a la justicia internacional y condeno la violencia, pero repulsivo me parece aquellas personas que en cierto modo la celebran, y tal parece que la aprueban, aquellos que tal parece que estiman la guerra como único medio de lograr las cosas: lo siento, pero a mi me educaron a ser una guerrera pero no me enseñaron a destruir para conseguir lo que quiero.
Me enseñaron a esforzarme arduamente con los retos de la vida.
Así pues, llegamos al extremo de sostener que los perpetradores son como los insurgentes (lo que cual me causa muchas carcajadas), no es posible que en vez de buscar opciones para la paz busquemos justificantes para la violencia.
Tal parece que en vez de avance, es retroceso. Ya que ni nosotros mismos exigimos el respeto a las instituciones y a los procedimientos jurídicos correspondientes; ante tal retroceso de mentalidad, que lleguen los visigodos y que caiga pues Constantinopla.
Sólo recordemos que la violencia es una visita que llega no por un momento, sino que se instala y para sacarla de la casa, ni poniendo la escoba atrás de la puerta.
ESCALAS
- Durante dos años Unión Ciudadana presumió a sus fundadores a distinguidos panistas de ultra derecha unidos con la extrema izquierda. ¿Acaso ese matrimonio era tan frágil?
- Cuando se ha ganado una elección, hay que colgar los guantes.
- Violencia engendra más violencia. #NoMásViolenciaEnChihuahua
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