En Plan de Vuelo

Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

 

En el marco de la celebración del día internacional de la lucha contra la homofobia,  el cual se celebra por segundo año en nuestro país, el presidente Peña Nieto anunció que en próximos meses podremos leer en nuestra Constitución y ejercer con todas sus letras, con todo lo que implica, el matrimonio hombre con hombre y mujer con mujer.

Recordando que, si bien es cierto, esta situación ya estaba permitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no obstante, este matrimonio no está actualmente contemplado en nuestra Carta Magna.

Esta causa lleva ya bastantes años siendo bandera de varias organizaciones civiles, partidos políticos y candidatos. Sin embargo, por fin se ha prometido por nuestro Presidente, elevarla a nivel Constitucional.

En este sentido,  se han  efectuado diversas acciones para salvaguardar a este grupo de nuestra población, tales como el que expongo en el presente escrito, así como y desde el sexenio de Felipe Calderón, que fue cuando se permitió por la Corte, el matrimonio igualitario para el Distrito Federal.

Fue creado un organismo especializado de la CONAPRED, el cual se encarga de la protección y vigilancia de aquellas vejaciones, que puedan presentarse por parte de cualquier autoridad de todas las esferas gubernamentales en materia de diversidad sexual y sobre todo en materia de educación, esto con el objeto de eliminar tantos prejuicios.

A varios medios de talla nacional los observamos bastante gustosos, felicitando a nuestro presidente por su promesa de materializar por fin en nuestra máxima ley del país, el matrimonio igualitario. Por dar evidencia de que sí es bien “progre”.

No es que yo me encuentre a favor de algún tipo de atropello de derechos o de la discriminación a ningún grupo. No obstante estimo, como en varios artículos que muy humildemente esta servidora comparte cada semana aquí en El Heraldo de Chihuahua, que en aras de salvaguardar unos derechos tenemos abrumadoramente olvidados los derechos de nuestros adultos mayores y lo que es peor, no veo a nadie haciendo manifestaciones de desaprobación (igual como las efectuaron en su momento) para el logro de este matrimonio igualitario.

Según un informe del Consejo Nacional de Población, en el 2014, en México existen 10.5 millones de personas mayores de 60 años. De ese grupo de población, 82 por ciento sufre algún grado de pobreza, ya sea monetaria o alimentaria.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, sólo 2 de cada 10 adultos mayores pueden solventar sus gastos; los 8 restantes viven  en situación de pobreza, sin entrar en divisiones absurdas de pobreza moderada, leve, extrema y súper híper; ridículos calificativos para restarle cifras a aquel numero que nos debería dar mas que vergüenza.

El solo hecho de saber que solo el 20% de nuestras personas mayores es autosuficiente con sus gastos, cifras como que 1 de cada 4 personas mayores de 80 años, aun tienen necesidad de salir a trabajar, ya que en muchos casos tienen que mantener  hijos , nietos o bisnietos conchudos, haraganes y desconsiderados.

El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutricionales asegura que el 16% de los adultos mayores sufre algún tipo de maltrato físico o psicológico y según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, 3 de cada 5 adultos mayores, sufren violencia intrafamiliar.

Según el estudio “prevención de caídas en el adulto mayor “, el cual fue elaborado por la Secretaría de Salud Federal, el 62% de los accidentes de un adulto mayor ocurre en casa, no obstante un 26% ocurre en la vía pública, en muchos de los casos requiere urgente hospitalización y lamentablemente no todos cuentan con algún servicio médico o bien con los recursos económicos suficientes para sufragar esa atención médica.

Pero, estos datos tal parece que a todos les vale un reverendo sorbete, ya que los adultos mayores no protestan, no chillan, no se manifiestan en las plazas, no vandalizan o bloquean calles exigiendo el respeto de sus derechos, como lo hacen aquellos grupos defensores del matrimonio igualitario o bien de las adopciones homoparetales.

Discúlpenme, pero no alcanzo a vislumbrar cómo es posible que haya sido primero permisible y totalmente factible  en nuestro país el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción homoparental, cuando aun estamos verdaderamente en pañales respecto a la protección y respeto de los derechos de nuestros adultos mayores.

Aún tenemos alto porcentaje de adultos mayores sin  ningún tipo de servicio médico y   sí de discriminación hablamos, cómo es posible que se siga privando, por ende discriminando a los hombres esposos o concubinos para acceder al servicio médico de su esposa o concubina. Cómo pasa, que aun habiendo  criterios de nuestro Máximo Tribunal en torno a que es totalmente discriminatorio obligar a los viudos a acreditar absurdos requisitos para poder acceder a las pensiones por viudez del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Al hombre se le pide un titipuchal de cosas,  a la mujer viuda, mínimos requisitos: ¿A caso esto no es discriminación?

¿Y dónde están los grupos defensores de la no discriminación? ¿Por qué no alzan la voz de igual manera por este nutrido grupo de adultos mayores, que no pide inventos de leyes “progre”?

Lo único que demandan es el efectivo cumplimiento de la ley para tener una digna calidad de vida y facilidades en su vejez

Ojala que en el año 2060, año en el cual se estima que haya más personas mayores que jóvenes en México, también se hagan respetar los derechos de estos, con la misma pasión con la que se defienden los derechos por preferencias sexuales.

Dicen que aquel lugar en el cual no se honra a los ancianos, no hay futuro para los Jóvenes.

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