El evangelio según San Mateo relata el famoso, impactante y legendario “sermón de la montaña” que sintetiza la moral cristiana con esos valores que compartimos los seres humanos, aunque no compartamos creencias religiosas, estos valores son universales, son del mundo, son de todos y para todos.
Fidel Alejandro Castro Ruz, quien fuera comandante en jefe de la Revolución Cubana; astuto, culto, carismático y siempre polémico afirmó que con “el Nuevo Testamento y la prédica de Cristo se puede hacer un programa socialista radical”.
Esta afirmación la hizo en vivo y a todo color durante las más de cien horas que Fidel Castro sostuvo con Ignacio Ramonet durante 2003, 2004 y 2005. Las largas sesiones de plática dieron como resultado un fabuloso documental y una biografía del líder cubano titulada “Biografía a dos voces”.
En ella el carismático revolucionario, quien previo a su ingreso a la Universidad de La Habana, fue educado por los jesuitas, se declaró cristiano. Pero no en el sentido religioso. En sus páginas, Castro afirma que él es cristiano desde el punto de vista social y que sigue siendo socialista, marxista y leninista y “que nunca dejará de serlo”.
Castro nació un 13 de agosto de 1926 y Cuba lo recordó en diversos actos cívicos; alrededor del mundo también hubo ceremonias para recordarlo.
Por eso quise recordar esta parte del libro de Ramonet, donde Castro abundó sobre Cristo y el socialismo.
En el libro, se puede leer la visión que tenía de Cristo: como una figura cuya enseñanza deriva en la preocupación por los más vulnerables, por la pobreza y la educación.
En esa parte Castro le afirmó a su entrevistador que la primera doctrina, aquella que salió de los labios de Cristo, termina en un gran programa socialista.
«No hay que ser cristiano en elsentido religioso para comprender los valores éticos y de justicia social que aportó aquel pensamiento”, expresó el militar cubano.
La afirmación de que el pensamiento de Cristo es socialista, también la fundamentó Fidel en los sermones y en las parábolas bíblicas. Estos instrumentos retóricos que han servido para que la enseñanza de Cristo permanezca vigente a través de los siglos y que, según el razonamiento de Castro, fueron recogidas por pescadores que no sabían ni leer ni escribir.
«Así como Cristo convirtió el agua en vino y multiplicó los peces y los panes, es lo que queremos hacer nosotros (en Cuba), multiplicar los peces y los panes”, explicaba un lúcido comandante en jefe.
Refiere a otra famosa parábola, la de los obreros enviados a la viña, donde, “el rico Epulión pago lo mismo al que trabajó cuatro horas que al que trabajó ocho, una distribución comunista ni siquiera socialista”, analizaba Fidel.
En esa parte del capítulo, terminaba recordando que Cristo incluso utilizó la violencia para expulsar del templo a los vendedores que habían hecho de aquel lugar todo menos un sagrado recinto.
Fidel Alejandro Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926 hijo de un gallego pobre que llegó a Cuba para pelear en la Guerra de Independencia en 1895 y en condiciones no muy claras.
Sin embargo la versión más constante es que algún rico de Galicia le pagó por sustituirlo en el ejército español y fue en la antigua provincia de Oriente, donde en su finca (de nombre Birán) procreó con Lina Ruz a quien fuera el líder de la Revolución Cubana que celebraría sus 93 años de vida.