Iniciando un año nuevo, empezaré con pensamientos nuevos, pero hay ciertas personas que consideran que los cambios se producen de afuera hacia adentro, cierto es que el país dista mucho de un estatus primermundista.
Pero la construcción de un edificio no comienza con la colocación de los techos o la pintura de sus muros, obvio es lo anterior, ya que los cimientos son la condición básica para cualquier construcción.
Situaciones tan simples, tan bobas si usted gusta denominarlas, como acudir al supermercado y tomar una fruta para ver si esta buena, observar como el cajero se equivoca en al cobrar y serán unos pesos a nuestro favor, percatarnos en la persona que trapea los pisos y sin mas cuidado o consideración pasar por encima de lo recién trapeado y aun fresco, obviamente dejando nuestra huella, huella de desconsideración y egoísmo; tomar hojas, lápices u otros artículos de papelería o limpieza de nuestros trabajos, por que “al cabo el patrón tiene pa pagar eso y mas”, arrojar basura de nuestro vehículo, o de nuestra humanidad, así de simple y sin mas contemplación hacia la calle, sacar a pasear a nuestras mascotas y dejar sus heces vilmente en la banqueta; y así podría ocupar un centenar de hojas de periódico enumerando las diversas situaciones que nos vuelven corruptos.
Si. Así es esa es la palabra, con desenfado y sin ningún miramiento nos referimos del gobierno, al jefe, etc. Sin embargo la corrupción no es una adjetivo calificativo exclusivo del gobierno. Etimológicamente, en el latín es donde podemos establecer el origen del término corrupción.
En concreto, emana del vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los siguientes elementos: el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”.
El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales, así como en múltiples diccionarios encontramos como sinónimo la palabra “ dañar”, luego entonces, podemos afirmar que desgraciadamente nos convertimos en entes corruptos con estas situaciones que describí al principio de estas líneas.
Como lo afirme en otros artículos, es harto sencillo emitir críticas hacia el gobierno, por citar un ejemplo, cuando nosotros mismos en nuestro hogar somos desconsiderados con nuestros padres, hijos, abuelos; cuando somos groseros con nuestros compañeros de trabajo, cuando actuamos con indolencia en el trabajo que tenemos, etc.
Un lector, al cual agradezco que se haya tomado el tiempo primeramente de leerme y en segundo término de mandarme un mail, en relación con este tema el cual recurrentemente abordo en mis artículos, sobre que los cambios se deben de producir de adentro hacia afuera, me relató la comparación con la violencia domestica, comentando que era similar a esperar que la misma se erradicara por el simple hecho de que la mujer vejada se diera cuenta de este hecho.
Mi modesta consideración al respecto lo es que si bien es cierto la deleznable violencia no se va a eliminar del planeta por que una mujer se percate de eso; empero creo devotamente que esa una puede ayudar a otra y esas a otra y así, se puede lograr, tal vez no erradicarla del mundo, pero para mi, ya con una sola mujer que se libre de ese infierno creo que vale todas las guerras.
Como ha pasado a lo largo de la historia, el voto femenino no se logro por que de pronto a una mujer se le ocurrió participar activamente de la vida política de su país, asi como las independencias de los países, no se dieron por que a todos se les ocurrió volverse libres, sino que fueron poco a poco preparando las estrategias para lograr el objetivo.
Como le he externado, mis estimados lectores, soy una creyente fiel, de que para lograr cualquier cambio es menester primero cambiar en lo interior; dejando a un lado el tema del gobierno, cualquier situación que acaezca en nuestro entorno, que nos produzca algún estropicio, estimo que se debe analizar en lo interno de nuestro ser,
La corrupción y otros vicios que, campaña con campaña, salen a relucir, no se van a acabar por arte de magia. Van a erradicarse en el momento en que cada uno de nosotros comience por hacer lo correcto desde su interior; desde su ser, desde sus hogares. El cambio comienza ahí.
Comentarios: Fabiola@plandevuelo.mx