.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
Rafael Espino de la Peña es un completo desconocido para el grueso de los chihuahuenses. Salvo el círculo rojo y la chairiza, lo conocen. El chihuahuense de a pie no lo identifica.
Comenzó a tener algo de presencia en las columnas políticas tradicionales en el estado (tanto impresas como digitales) y en una que otra plática sobre política, al momento de anunciar que quiere ser candidato a gobernador.
Para la mayoría de los chihuahuenses esa declaración no causó impacto alguno. A pesar de ser un empresario exitoso y un soldado de la 4T, en su estado natal no tiene arraigo alguno, a pesar de conocer la capital y Ciudad Juárez bastante bien. Dicen algunos cercanos a él que está desarraigado de Chihuahua, pero no alejado.
Hace meses que se destapó y hace una especie de campaña invisible, pues su presencia en los debates públicos es nula: no fija posturas ni en el robo en despoblado que AMLO y su gobierno hacen del agua chihuahuense, ni sobre la reforma electoral fallida del gobernador. Es más no tiene una postura sobre la administración del gobernador Corral. No opina sobre la crisis que se vive por el COVID19, ni sobre la inseguridad, ni sobre nada, excepto sobre PEMEX, empresa donde ocupa una consejería independiente.
Hace unos días que explotó el escándalo en el cual Israel Beltrán Montes, empresario radiofónico y locutor eterno de la región de Cuauhtémoc, denigró a su (entonces) compañera de micrófonos Brenda Chacón en un video que le ha dado la vuelta al mundo. Asunto que tomó en sus manos Emma Saldaña, quien busca que le sean canceladas las concesiones a este miembro de las fuerzas vivas de la política cuauhtemense.
Pues, previo a este escándalo, era muy presumido el apoyo que Beltrán Montes le brinda a Rafael Espino de la Peña en su búsqueda por la gubernatura, al ocupar la coordinación espinopeñista en la tierra manzanera.
Días después del lamentable hecho, Beltrán Montes la volvió a denigrar en una fallida disculpa, también al aire, misma que también quedó grabada en video.
En medio del escándalo, Rafael Espino de la Peña, aplicó su especialidad: silencio rotundo ante la evidencia contundente de que un prominente miembro de su equipo político es misógino.
Lo más extraño es que ninguna mujer de su equipo ni de su partido, le ha reclamado a Espino de la Peña, tener a personajes ligados a una conducta tan reprobable.
¿Será que Espino de la Peña ya le otorgó el perdón presidencial?
El silencio de Rafael Espino de la Peña solapa, perdona y justifica la misoginia de su coordinador en Cuauhtémoc, Israel Beltrán Montes, lo cual da pista, de cuál sería la política pública prioritaria de lo que pudiera ser el mandato espinopeñista en Chihuahua.
ULTIMALETRA
Ningún proyecto político exitoso se construye con tibiezas. Chihuahua ya lo vivió entre 2004-2010 con resultados desastrosos.