.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
El máximo líder de los católicos en el mundo vino a México; entró por la capital del país y salió por Ciudad Juárez. Sólo Fernando Baeza, como gobernador del estado había tenido la oportunidad de recibir al entonces jerarca católico Juan Pablo II en 1990. Casi 26 años después, tuvo ese privilegio César Duarte Jáquez. Y es privilegio, no sólo para los católicos, es el jefe de la organización religiosa más longeva y poderosa del mundo.
Karol Wojtyla y Jorge Mario Bergoglio, ambos papas que hicieron mucha política y le cambiaron el rostro a la Iglesia, estuvieron en Chihuahua. El primero contribuyó a la caída de la Cortina de Hierro; el segundo ha contribuido a lo que parecía imposible: terminar con el conflicto de medio siglo entre Cuba y los Estados Unidos.
El Papa argentino que ha hecho que la Iglesia Católica voltee su mirada a la labor pastoral, tan olvidada por un clero mexicano que busca estar más cerca del poder que de su feligresía; que está más preocupado por tener para comer en los restaurantes de postín que para en compartir sus alimentos con sus fieles; ese clero que ha sucumbido al lujo y ha olvidado sus votos de austeridad y de pobreza.
Francisco como jerarca católico es un Papa amarillista.
Si Juan Pablo II fue el primer Papa enteramente global, inserto en la dinámica de los medios masivos de comunicación, que innovó y debutó a la Iglesia Católica en internet, pues Francisco es el primer Papa que aprovecha el auge digital y la nueva manera de comunicarse; es el primer Papa en los tiempos de las selfies y la viralización de contenidos a través de redes sociales.
Sabe que los mensajes tienen que ser contundentes, sólidos, rápidos y fáciles de digerir. Por eso ha optado por ser un Papa amarillista, que se robe los encabezados con acciones, imágenes y declaraciones, más que fuertes, crudas, explícitas que hacen que miles hagan click en una liga que vieron en facebook o en twitter; que sea reproducido millones de veces un video o que una nota sea viralizada por todo el ciberespacio.
Francisco está aprovechando el poder de los medios nuevos para viralizar a la Iglesia; para ser amarillista, para llamar la atención en temas en los que el clero católico no acostumbra a meterse. Está devolviéndole a la iglesia de San Pedro la humildad en amarillistas declaraciones de perdón; en encuentros impensables, como el de hace una semana con el Patriarca ortodoxo.
Ser un Papa amarillista implica hacer cosas impensables para el Jefe del Estado Vaticano. Como meterse a las cárceles; visitar Chiapas para denunciar el despojo histórico que hemos hecho de nuestros nativos: “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes”.
Se metió a una cárcel en Ciudad Juárez para abordar temas olvidados por la Iglesia que él, ahora, comanda: “La reinserción no comienza acá en estas paredes, comienza antes, en las calles de la ciudad. La reinserción o rehabilitación, como le llaman, comienza creando un sistema que podríamos llamar de salud social, una sociedad para no enfermar, empezando por no contaminar las relaciones en la barrio, en las escuelas, en las plazas, en todos los centros sociales. El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social.”
Despedazó a los empresarios en un encuentro inédito en la frontera chihuahuense sobre condiciones laborales: “¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿Quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral o de tráfico de trabajo esclavo? ¿O quiere dejarles la cultura de la memoria de trabajo digno, del techo decoroso y de la tierra para trabajar? Tres T: Trabajo, techo y tierra”.
Un Papa que durante toda su estancia en México ocupó los encabezados y titulares de medios y publicaciones en redes sociales, no por ser el máximo jerarca católico sino por sus declaraciones sobre temas inéditos para un Papa, quien hace mover a los contenidos de los medios, hace vender más periódicos, por sus aventuradas declaraciones, nada tradicionales para una Iglesia que se resiste a la modernidad del debate y la discusión.
Ya para irse, en una misa binacional, sobre los migrantes dijo: ““Los migrantes son esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio de tráfico humano, de la trata de personas; no podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas por tren, por carretera o a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos”.
Y por si fuera poco, en su vuelo de regreso a Roma, dijo sobre Donald Trump y su intención de construir un muro en toda la frontera entre México y EUA: “Una persona que piensa en construir muros en lugar de puentes no es cristiana. Eso no está en el evangelio”, a lo que Donald Trump le contestó: “Si (acaso) y cuando el Vaticano sea atacado por EI -que, como todos saben, es el trofeo más buscado por ISIS-, puedo prometerles que el Papa sólo desearía y oraría para que Donald Trump hubiera sido presidente..”
Y con este frente abierto de Donald Trump con el Papa Francisco seguramente dará a más encabezados donde saldrá perdiendo este gringo hitleriano, antítesis de todo lo que Francisco pregona.
ULTIMALETRA
Felicito por su cumpleaños a mi amigo Ricardo Boone Salmón, empresario exitoso y chihuahuense comprometido con el futuro y presente de su ciudad. ¡Felicidades, Richard!