Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

Todos conocemos el relato bíblico del génesis de Cain Y Abel.  Los hijos de Adán y Eva. Cuenta la Biblia que sólo uno de ellos agradó a Dios con sus ofrendas, causando la cólera del otro; a tal grado llegó su irracional enojo que que le propició la muerte, sin importar que fuesen de la misma sangre.

Quizás burdamente utilizo tal narración para relacionarla con el devenir político en Chihuahua.

Para aquellos que han olvidado como la cosa de la grilla, ahí les va un recordatorio:  Son felices y hasta golosos en demasía, cuando les toca jugar el papel del hijo consentido sdel poder; soslayan por completo la posibilidad de que les toque hacerla de Cain.

Las mieles de la preferencia de los poderosos empalagan fácilmente.

Por eso, cuando les toca estar en el papel de Caín, es decir, el no favorecido, el non grato del escenario político, las cosas ya no les gustan.

Tal como en la narración bíblica, empieza un pleito de grandes proporciones: darse hasta con el sombrero, aún y cuando, provienen de la misma casa y comieron del mismo plato de color bandera.

El ejemplo arrastra.  No es una forma de influir en los demás; es la única recitó Albert Einstein.

Los políticos de hoy que aspiran y suspiran por los distintos cargos y posiciones en el gobierno, deben dar muestra con sus acciones que verdaderamente esta preparados para tal puesto. Ya que si hoy muerden la mano que los hizo crecer, si entre ellos se traicionan, de qué manera puede la ciudadanía confiar en ellos. Ya que si perpetran puñaladas traperas contra sus hermanos de grilla color bandera, sólo demuestran su poca integridad.

Desgraciadamente, la gran mayoría considera que, así  desgraciadamente, son virtudes que la cruda del poder, borra de los polcomo el agua y el aceite, la política no se se combina con la ética y la decencia. Muy pocos son los que consideran a los políticos como gente proba y regularmente los tachan de corruptos y demás adjetivos por el estilo.

Por ello, considero de suma importancia, para todos los grillos suspirantes a los distintos puestos, desde ahorita cuiden sus formas, sus tiempos, y su manera de conseguir el hueso, el que habla mal de su propia casa, batallará después para venderla.

Para guerras, tenemos bastantes con los coches bombas en el medio oriente; para pleitos, con los de la CENTE en Oaxaca es suficiente.

La ciudadanía esta hastiada de estas guerritas internas intra partidos que lo único que ocasionan son odios y resquemores, consiguen resquebrajar la armonía que debe privar en estas organizaciones, y no desviar el rumbo para que en lugar de estar pensando como saciar los rencores que me impidieron ser candidato o llegar a tal puesto, utilicen ese ingenio para resolver, desde la trinchera que se encuentren, las problemáticas que aquejan  a la entidad.

¿Quién dijo que para ayudar a alguien debe ser funcionario público  u ostentar algún cargo de elección popular?

Ya lo citaba en otro de mis editoriales y lo reitero: “el hombre es el lobo del hombre”, y esto obedece a algunos repugnantes y deleznables comentarios  que circularon en redes sociales en torno al accidente sufrido la semana pasada por el Gobernador César Duarte; respecto a que si el accidente era producto del karma y cosas similares. La verdad, considero que con estas situaciones tan delicadas no se juega y mucho menos se deben publicar en redes sociales, especialmente si son personajes públicos quienes los escriben.

Lo que se publica en redes sociales refleja la verdadera calidad humana de quien las escribe.

Evitemos pues, repetir la historia de Caín y Abel, al interior de los partidos políticos.

La política debe estar en el marco de la gratitud, desgraciadamente, es una virtud, que la cruda del poder, borra de los políticos alejados del mismo. Así, político que ostendaba el poder, lucía magnánimo, sin el, luce amargado y enojado.

Y el que se enoja, pierde.

¿Comentarios? Escríbame a: fabiola@plandevuelo.mx

Twitter: @fabiolamklara

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