–En Plan de Vuelo–>

Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

Hace unas semanas fuimos testigos de la polémica desatada por aquel blusón que se comercializa dentro de la colección de la diseñadora francesa Isabel Marant. El origen de dicha controversia lo fue el que este blusón portaba diseños típicos provenientes de la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec en  Oaxaca. Si bien, después de este debate la diseñadora declaró en su página que ella siempre a manifestado el origen de tales diseños y que en ningún momento pretendía adjudicárselos como de creación propia.

El asunto se tornó de color hormiga dado cuando la marca Antik Batik , firma de “prestigiada moda” manifestó su intención para intentar patentar el diseño y pretende que la comunidad oaxaqueña le pague las regalías correspondientes por el uso del bordado.

¿Cómo la ven?

Ante tal cretinismo El secretario de Asuntos Indígenas del gobierno del aliancista de Gabino Cué,  Adelfo Regino Montes, ha informado que el gobierno de Oaxaca impugnará el juicio argumentando que “al formar parte de los 194 Estados que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno de Francia y la empresa Antik Batik están obligados a respetar los derechos colectivos de los pueblos originarios”, declarando: “Estamos frente a una evidente transgresión al pueblo mixe, al que pretenden despojar de su patrimonio cultural y propiedad intelectual, derechos reconocidos en la Organización de las Naciones Unidas.

Se preguntará usted estimado lector, ¿cómo habiendo temas de mayor envergadura y trascendencia en boga, yo opto por exponer cuestiones de moda?

Lo que quiero compartir con ustedes es el siguiente punto: exponer una molestia que nos ha asaltado desde tiempos inmemoriales, desde aquellos ayeres de la colonia, cuando los invasores eran vistos como dioses. Lamentablemente, me percato que seguimos igual o peor.

No concibo cómo es posible que podamos erogar la suma de cuatro mil pesos o más en un blusón de marca francesa con los mismos diseños que podríamos encontrar en Oaxaca. No obstante a oaxaqueños les hacemos el feo, desdeñándolos o incluso regateándoles.

Esto obedece a que como lleva la firma o el nombre de un prestigiado diseñador estamos dispuestos a pagar la cantidad que nos fijen, sin embargo si se trata de un producto autóctono  lo vemos como todo una afrenta a nuestro pedigree.

La acusación de plagio a Marant no es un caso nuevo ni aislado. De hecho, es mas común de lo que podríamos imaginar. Ahí están los casos de los diseñadores de renombre como Jon Kortajarena, Jeremy Scott, Moschino, Hermés y hasta los mexicanos Cristina Pineda y Ricardo Covalin, dueños de la famosa marca Pineda Covalin.

Si mi modesta y simplona interpretación de la ley de la oferta y demanda de Adam Smith no me falla, estos y muchos diseñadores más, se abstendrían de recurrir a esta sucia técnica de la pirateada si no existieran compradores.

Seamos verdaderamente originales y auténticos, desde luego que se vale que nos gusten las marcas de prestigio, no obstante no desdeñemos lo hecho por manos indígenas, sólo porque ellos no cuentan con una sucursal en Antara, Santa Fe, Quinta Avenida y Campos Elíseos.

¿No está de acuerdo conmigo? Escríbame a: fabiola@plandevuelo.mx

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *