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Mario Vázquez, presidente estatal del PAN presume la equidad de género de sus próximas candidaturas a diputados federales. Habrá que analizar, primero, si donde mandan mujeres a la lucha electoral, su partido tiene posibilidades reales de ganar. Y segundo, no hay nada que presumir puesto que es algo que le exige la ley.
El Partido Acción Nacional perdió el rumbo hace mucho, cuando la borrachera del poder les pegó duro y hoy no saben cómo salir de la cruda. En esos tumbos donde con desesperación buscaban retener el poder presidencial, optaron por una candidata mujer, la primera verdaderamente competitiva de las cinco que ha tenido el país. Pensaron que el experimento era un triunfo por sí solo.
A pesar de la aventura de Josefina Vázquez Mota, la verdad es que el PAN no tiene un compromiso sólido con sus militantes mujeres. Si, es cierto. Tienen diputadas locales que ganaron con votos; diputadas plurinominales y senadoras.
Las panistas de Chihuahua han sido sacrificadas por su propio partido. Las han mandado pelear batallas perdidas pero nunca les han dado la oportunidad de convertirse en dirigentes de su organismo político.
A nivel nacional, tan poco creen en sus mujeres que cuando Cecilia Romero subió a ocupar la dirigencia, tan sólo le dieron oportunidad por unos cuantos meses.
Mientras el PRI, en ese rubro le gana de calle: Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, y María de los Ángeles Moreno han ocupado la dirigencia en periodos de tiempo considerables, mientras la regia, Cristina Díaz lo ha hecho de manera interina en dos ocasiones.
El Partido de la Revolución Democrática a nivel nacional ha tenido a dos mujeres dirigiendo sus destinos: Amalia García y Rosario Robles.
En Chihuahua hoy se da una circunstancia inédita: hay tres mujeres dirigiendo los destinos de tres partidos políticos: María Ávila Serna, Crystal Tovar Aragón y Diana Karina Velázquez Ramírez.
El Partido Verde tiene muchos años con una mujer al frente. María Ávila fue la sorpresa electoral del 2003 al ganar en un distrito totalmente panista, de ahí se convirtió en la líder del partido del tucán. Hoy es diputada local y con una sólida aspiración por volver a San Lázaro.
Crystal Tovar Aragón se volvió una grata sorpresa para el moribundo PRD de Chihuahua; partido al cual sus mismos militantes fueron asfixiando al reciclar nombres en candidaturas y dirigencias, olvidando la importante tarea de formar cuadros. Sin la aparición de la joven Crystal Tovar, el partido del sol azteca no hubiera tenido una oportunidad de oxigenación. Crystal es una de las diputadas federales de la actual legislatura y la más joven dirigente del partido negroamarella.
El Partido Revolucionario Institucional sorprendió en días pasados con la designación de la segunda mujer en dirigir sus destinos: la también diputada federal Diana Karina Velázquez Ramírez.
Velázquez es oriunda de Parral y es un cuadro priísta formada en la brega partidista; comenzó desde la más humilde posición y a base de tesón, trabajo y esfuerzo se hizo de reputación y liderazgo a muy temprana edad. Siendo una mujer joven presume que su militancia la comenzó a los 13 años de edad y hoy es la líder del priísmo en el estado.
Hija de una de las voces más famosas de la radio en la entidad, Karina Velázquez compone la tercia de mujeres dirigentes de partidos políticos que en un año electoral tan relevante como este, habrán de dar su mayor esfuerzo por vencer el enorme reto que representa la batalla electoral por renovar la cámara de diputados, así como destrozar los estereotipos tan arraigados en la cultura política mexicana que las mujeres en política sólo saben de temas “suaves”, sino que saben entrarle a los temas ríspidos, duros, difíciles y vencerlos.
Karina Velázquez, María Ávila y Crystal Tovar le ponen el ejemplo al Partido Acción Nacional, ese que presume lo que la ley le obliga en materia de género en sus candidaturas y que no demuestra compromiso real con sus mujeres militantes, a quienes les niega rotundamente la oportunidad de ocupar la dirigencia estatal.
ULTIMALETRA
Felicito a dos grandes amigos por sus cumpleaños: Rául Ornelas Woessner y Juan Carlos Flores Zerón, ambos asiduos lectores, cuya crítica siempre es bien recibida. ¡Muchas felicidades!