.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.

Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Por Luis Rubén Maldonado Alvídrez

 

 

La visita de Donald Trump a México soltó a los demonios en todo el país. La mayoría de los mexicanos sabemos que Donald Trump es un cínico y que no tiene empacho de venir a tierra azteca, pero… ¿qué nosotros lo invitemos para recibirlo como bombo platillo? Es en verdad algo intolerable.

¿Qué estaba pensando el presidente Enrique Peña Nieto cuando invitó los candidatos presidenciales de los Estados Unidos a reunirse con él?

¿Acaso es pecado, traición a la patria que un gobierno democrático responda con civilidad y diplomacia a un idiota de la política como Donald Trump?

Para muchos mexicanos es sacrilegio. Es más que traición a la patria que el empresario del odio que tanto ha insultado al mundo entero con su lenguaje de odio –y especialmente a nuestro país- sea invitado por el presidente de México por la vía de la diplomacia.

La ira nacional se soltó por completo, sin importar partido político o nivel social. Todos los sectores del país –en su gran mayoría- se han pronunciado contra la visita del polémico aspirante a suceder a Barack Obama y es políticamente incorrecto tratar de justificar o defender la postura –entendible- de Peña Nieto; tanto como denostar a Juan Gabriel como Nicolás Alvarado, a quien el hecho le costó su trabajo como director de TV UNAM.

Para todo hecho hay dos ángulos: el del opositor permanente y de quien perpetra el hecho.

El presidente Peña Nieto ha pasado de ser un presidente muy popular a ser uno de los peores evaluados, desde que se mide su aceptación. ¿A qué se debe?

Si. A una gran campaña de desprestigio que busca debilitar a todo opositor a la oposición que representa Andrés Manuel López Obrador. El caos y el linchamiento a Calderón, lo inició él y actualmente, lleva cuatro años de permanente campaña de linchamiento a Peña Nieto, misma que desde origen desdeñaron y no atendieron a tiempo.

En los medios de comunicación están los instrumentos que nos ayudan a generar la percepción de los políticos y gobernantes; esa percepción se convierte en realidad para millones.

Esa batalla la ha ganado en los últimos dos años, lamentablemente para nuestro país, Andrés Manuel López Obrador, el rey del odio y el caos en México.

No estaba de más pensar el martes –cuando se anunció la visita de Trump- en una estrategia de medios para contrarrestar los evidentes repudios que el visitante tendría y que afectaría al gobierno de Peña Nieto.

Nadie de su grupo cerrado de colaboradores pensó en ello, al parecer. Sus otrora célebres “golden boys” se anotaron otro fracaso más en su cuenta sexenal.

Los “golden boys” son el grupo cerrado de colaboradores de Peña Nieto desde que fue gobernador del Estado de México, quienes además representan la llegada de una segunda generación de tecnócratas priistas al poder. Entre ellos están Aurelio Nuño, Luis Miranda, Luis Videgaray, algunos otros funcionarios de moda ahorita, además de empresarios y consultores externos.

Estos famosos “niños de oro” no han podido sortear ninguna crisis mediática en el presente sexenio, lo cual se ve reflejado en la caída de su aceptación y la mala percepción que se tiene de él, especialmente entre los jóvenes.

Desde Ayotzinapa, pasando por la “celebración” del día internacional contra la homofobia, la casa blanca y ahora esta “Trumpada”, han sido factores claves para perder la confianza y credibilidad de millones de mexicanas, que ni la muerte de Juan Gabriel, puede hacerle recuperar.

Quizás este linchamiento mediático no sea correcto, pero los mexicanos nos sentimos así y claro que oportunistas como Andrés Manuel, no lo iban a dejar pasar para sacarle provecho político.

Un presidente del que los priistas se sentían orgullosos, hasta este 2016, donde tantas pifias, mini escándalos, grandes polémicas y decisiones erróneas, han puesto a los priistas a cuestionarse si el presidente Peña tiene proyecto en el PRI, proyecto personal ajeno al PRI o simple y llanamente gobierna con ocurrencias, como la visita de Trump, misma que no era necesaria, hasta que pasara la elección de noviembre donde ganará el copetudo empresario o la Sra. Clinton.

¿Pero qué necesidad teníamos de abrirle las puertas a este tipo?

Ninguna.

¿Qué ganábamos invitándolo cuando nos ha insultado tanto?

Nada.

Sólo vino y a verle la cara, no sólo a Peña Nieto sino a todos nosotros.

Los “golden boys” de Peña han fracasado rotundamente, es tiempo de que Peña Nieto escuche a otros personajes más experimentados en política, diplomacia, economía y hasta de vida interna del PRI, porque parece que los “golden boys” de Peña Nieto trabajan para despejarle el camino a López Obrador, en vez de a su jefe y amigo.

¿Cuántas pifias más podemos esperar que nos van a seguir sembrando la desesperanza y desconfianza en su gobierno y en las instituciones?

¿Cuántas Trumpadas más, Peña?

 

ULTIMALETRA

Hay una polémica interesante tras la repartición de las diputaciones plurinominales. Hay un sector del magisterio que denuncia que María Antonieta Mendoza Mendoza y Martha Rea y Pérez, ambas de Nueva Alianza, no pueden asumir sus curules porque no pidieron licencia, durante la campaña y mucho menos después. Lo mismo pasa con sus suplentes, a decir de los denunciantes. También acusan a Rubén Aguilar Jiménez de lo mismo. Además de Víctor Valencia de los Santos, quien para estas fechas, ya habrá impugnado la repartición. En la batalla por el hueso, todo se vale.

luisruben@plandevuelo.mx

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