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Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

 

Atinadamente lo decía aquel estudioso de la politica, el conde Joseph de Maistre: «cada nación tiene el gobierno que se merece».

 

El pasado domingo me di a la tarea de publicar en este espacio editorial, unos párrafos relativos  a los sucesos acontecidos en las pasadas elecciones a diputados federales, en el que afirmé que Liz Aguilera tenia razón, al haber manifestado durante la campaña a inicios de este año, que su entonces rival, Juan Blanco no iba a durar en el cargo de resultar electo diputado. Ya que veía la diputación como un escalón para acceder a otro hueso más grande.
El texto, provocó múltiples comentarios.  Todos los agradezco mucho.

 

Sin embargo, pude percatarme de varias cosas.

 

La primera: no sabemos entablar una conversación evitando los insultos. Aquí alguna muestras de las reacciones en Facebook:

 

El usuario René Vidal comentó: “¿Y qué tal todos los del PRI que dejaron todos sus puestos? Y obvio sus aspiraciones venían de Mucho tiempo atrás no se hagan Pendejos con sus comentarios, todos le tiran a la grande y ahora no salgan con sus mamadas… “ (SIC)

 

El usuario Jerry Peña complementó: “Francamente que hipócrita esta pseudo escritora, sesgada, tendenciosa. Queda más que evidente al leerla quien le paga para escribir esta disque columna. Espero mañana ver que también publique a Serrano, Garfio, Merodio y un largo etcétera de todos los demás partidos. También espero traiga a la memoria que su generosa querida Lis hizo lo mismo. Lo espero.” (SIC).

 

Quien se identifica como Kapu FCA, agregó: “Lambe botas todas todos los partidos políticos son lo peor que le pudo pasar a México etc ojalá se pusieran asi hacerla de pedo a cambiar México en vez de apoyar rateros arrastrados limosneros huevones etc de diputados senadores gobernadores etc” (SIC).

 

 

Estos comentarios inundados de providencial léxico, provenien de gente que, por lo que leí, comulga con los ideales del Revolucionario Institucional, otros fans de Accion Nacional y Juan Blanco y muchos de esos, a quienes todo les repugna mientras huela a algún partido.

 

Lo que me asombra es cómo podemos reprochar a los candidatos las guerras sucias; los ultrajes y vituperios típicos  de las campañas, cuando nosotros, el pueblo, no manifestamos tambien ese respeto.

 

¿Ellos si que respeten pero nosotros no? ¿O cómo?

 

 

Entonces me atrevo a sostener que no merecemos una campaña de altura; merecemos las mismas bazofias de siempre, los ataques, las calumnias, la verborrea.

 

Si muchos de los que han sido candidatos han recurrido a esos sucios medios es porque el pueblo lo pide. Como si fuera coliseo romano.

 

Que si todos han sido chapulines, también me llegaron esos comentarios, como este de Óscar Amaya Ibarra:

 

Estoy leyendo su artículo  sobre Juan Blanco y quiero darle mi opinión: Empezaré por decirle que no soy Panista, pero  tampoco masoquista, es decir, que ya estoy hasta el copete de Gobiernos Priistas, que tal parece usted comulga con ellos.  Ya se le olvidó que Patricio y Reyes Baeza también pidieron licencia cuando tenían tres meses de Diputados, para irse de candidatos a Gobernador? Reyes Baeza era Diputado por dedazo  (plurinominal ) Juan ganó; que la campaña de Juan hacia su contrincante fue sucia y al revés también, que no es la receta de la casa priista?  o como gana el pri?; Si Juan no hubiese ganado la Diputación, tampoco podría aspirar a ser pre candidato a la Gubernatura, eso es parte del sistema que tenemos; que Juan entró al bote, si pero porque Reyes  Baeza le tenía miedo y no quería que fuera candidato a la Gubernatura, creyendo que el candidato del Pri sería una persona de su equipo, pero le falló, tal como le va a pasar a Duarte ahora;  también aclare que Blanco salió libre de cargos, porque lo defendió un Abogado, priista por cierto, pero muy profesional llamado Antonio Piñon, QEPD.   No es nada personal, solo es la opinión de un simple ciudadano que aspira a que las cosas cambien en este Estado secuestrado por los Gobiernos Priistas.” (SIC)

 

Entonces, ¿cómo pedimos cambio, si cuando nos conviene validamos una acción que cuando es ejecutada por el parrido contrario la censuramos a raja tabla? Pero cuando la hacen los nuestros, la justificamos diciendo «es que el PRI y los demás también lo han hecho.»

 

¿Quiere cambio? Empiece en su casa. En su persona. Se vale quererlo y exigirlo pero también hay que construirlo. No caer, en el error de los políticos: cambiar todo  para su confortable conveniencia.
Estimados lectores: seamos congruentes con nuestras demandas, me resulta irónico observar como pedimos a los candidatos respeto en las campañas empero nos damos hasta con el sartén, groserías y demás joyas.

 

¿Comentarios? Escríbame a: fabiola@plandevuelo.mx

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