.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
La clase política mexicana es semillero de miles de historias: unas comiquísimas, otras de profundo drama, las hay escandalosas al extremo pero ninguna aburrida. Estas historias, en su mayoría, permanecen ocultas para la gran pantalla.
El cine político mexicano es muy escaso. Siempre envuelto en una cortina de clandestinidad, polémica y censura, ha dificultado su producción.
Si a nuestros políticos no les gusta debatir asuntos públicos, mucho menos verse en el cine. Porque han sido ellos, a través del tiempo, quienes han prohibido que muchas historias, protagonizadas por ellos mismos, sean llevadas al gran público cinéfilo.
Sin embargo, a pesar de los pocos frutos del cine político mexicano, tenemos grandes historias que han vencido a la censura del gobierno (en tiempos del priato absolutista). Una joya de ese cine político mexicano es la “La Sombra del Caudillo”, esa gran película que lucho décadas enteras contra la censura priísta y militar de la época y se convirtió en la “película maldita”. Su estreno fue prohibido en 1960 y por fin se logró hasta 1990.
En los años 70, tenemos algunas pinceladas de la mano del maestro Felipe Cazals: “Canoa” y “El Año de la Peste” que denunciaban rigidez del sistema político que castigaba severamente a quienes cuestionaban el orden establecido y la diferencia de ideas.
Al final de la década de los 80, se revivió la llama de la polémica en la relación política y cine: “Rojo Amanecer” veía la luz para abordar uno de los temas tabú de la política mexicana: el 2 de octubre de 1968. El director Jorge Fons sufrió la censura del gobierno.
Con “Rojo Amanecer” se dio la última gran polémica por una película de corte político.
En los albores de la onda antipriísta del final de los 90 e inicios del nuevo siglo, apareció Luis Estrada.
Estrada deslumbró al público mexicano y lo reconcilió con el cine político, a través de una sensacional historia: “La Ley de Herodes”. La cinta hecha con muchísima calidad y un gran elenco, revivió al género a través de la sátira, donde hace una radiografía de la liturgia, hábitos y dinámica del PRI, PAN, poderes fácticos e impunidad en pleno alemanismo.
“La Ley de Herodes” fue apoyada en su producción por el estado mexicano y ya cuando estaba lista para su estreno, meses antes de la elección presidencial, el gobierno zedillista intentó prohibir su estreno. Las reacciones no se hicieron esperar y fue tanto el escándalo, que derivó en la renuncia del entonces director del IMCINE. La cinta encajó perfectamente con el momento político que se vivía y convirtió al casi extinto cine político en una nueva mina de oro.
Hoy en día, hasta los priístas disfrutan de la crítica del filme que ganó 11 premios Ariel.
En los inicios del nuevo siglo, criticar al PRI era deporte nacional, muy popular por cierto. Con casi un sexenio en el poder, el PAN, avanzaba de la euforia absoluta a la desilusión total del foxismo. Estrada estrenó, “Un Mundo Maravilloso” donde criticaba al PAN-gobierno, las promesas de Fox y los “juniors” en el poder. Sin embargo, la cinta resultó ser una crítica frágil y sin el éxito esperado en taquilla. Comparado con la anterior, pues un fiasco total, en ese momento. Hoy, con el paso del tiempo, quizás tenga más valor discursivo.
Con la llegada de los festejos del bicentenario y centenario de la Independencia y la Revolución, el estado mexicano promovió la filmación de muchas películas de corte histórico, entre ellas, “El Infierno”, también de Luis Estrada, quien con esta cinta de corte narco-político, se reconcilió con el público mexicano. En Chihuahua, en particular, durante ese año, en el clímax de una ambiente de violencia, fue muy bien recibida. Con una gran manufactura, como nos tiene acostumbrados Estrada, “El Infierno” también fue multipremiada.
Este fin de semana, llegó a las salas de todo México, la más reciente producción de Luis Estrada, el rey del cine político mexicano moderno. Llega con una cinta cuyo título lo toma de la célebre frase pronunciada por Mario Vargas Llosa en 1990: “La dictadura perfecta, es México. Porqué es una dictadura de tal modo camuflada que llega a parecer que no lo es, pero que de hecho tiene, si uno escarba, todas las características de una dictadura.”
Con un reconocimiento obtenido a la extraordinaria calidad de sus filmes y por la apuesta por la sátira política, Estrada llega con “La Dictadura Perfecta” una crítica hacia los hacedores de imagen, el poder de los medios de comunicación, la infaltable corrupción y la convergencia de todos ellos. Temas muy posicionados a raíz de la candidatura de Peña Nieto a la presidencia, en años previos a su elección.
Pero hoy, los tiempos han cambiado. El PRI ya no es el único diablo político o la causa de todos los males; ya se reparte el mote con los otros partidos. El filme centra su crítica en la videocracia y en diversos yerros muy célebres: René Bejarano y las ligas que demostraron que la corrupción también es parte de la causa de AMLO; el caso Paulette que cimbró al gobierno mexiquense de Peña Nieto; el híper famoso “góber precioso” y el muy fresco caso de Florence Cassez y la megaproducción televisiva en García Luna productions, entre otras muy conocidas y reconocidas.
“La Dictadura Perfecta” asegura que la televisión impuso presidente (como lo hace AMLO). Arremete duro contra las estrategias de comunicación y contra disciplinas como mercadotencia política y la imagen, como si fueran armas del apocálipsis político mexicano.
Una película que critica a Televisa y que protagonizan muchos de sus actrices y actores para criticar la videocracia tan analizada por Sartori y que contará además con los ya favoritos de Estrada, Damián Alcázar y Joaquín Cosío.
Estrada busca revivir el sentimiento anti priísta de los mexicanos con este filme, porque sin duda, además de los partidos de oposición, Luis Estrada ha obtenido grandes ganancias provenientes del anti priísmo.
Así que la apuesta de Estrada, con Peña Nieto en el poder, es contarnos una historia, basada en todos los rumores, suposiciones y yerros políticos que circulan en el imaginario colectivo del mexicano.
Además de que su estrategia publicitaria es precisamente simular una campaña política, que promueve al personaje principal, el gobernador Carmelo Vargas (Damián Alcázar), como probable candidato a la presidencia en carteles donde lo acompañan versiones caricaturizadas de Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León, Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México y Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, acompañados de leyendas como: «Cuál de estos funcionarios gasta más en televisión?, «La Televisión ya puso un presidente… ¿Lo volverá a hacer?…» ¡Ya muchos se apuntaron!
Una cinta que dará mucho de que hablar y que es, quizás, la mas frontal crítica estrenada a políticos en activo y cuya apuesta es revivir a Varguitas (personaje de La Ley de Herodes) remasterizado para sembrar la semilla del anti priísmo desde el cine.
ULTIMALETRA
Felicito al Dr. Javier Contreras por haber obtenido el premio estatal de periodismo “José Vasconcelos”, que siga la cosecha de triunfos, doctor.