.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.

Esta semana que culmina hemos visto dos acontecimientos lamentables que involucran a personajes del Partido Acción Nacional. Así como Donald Trump usa el Twitter para hacer política en los Estados Unidos, aquí tenemos a un expresidente como Felipe Calderón, quien sufre la cruda del poder cada vez más intensamente, y que aprovecha los 140 caracteres para sacar sus frustraciones, como lo hacen millones de usuarios de esa red social.
Pues, con los dedos calientes, Felipe Calderón se aventó una súper pifia en la semana, al escribir un tuit donde denigraba a la candidata de Morena a gobernadora en el Estado de México, Delfina Gómez.
En dicho tuit, Calderón Hinojosa, único presidente mexicano que le ha hecho un artístico monumento a la corrupción justo abajo del Castillo de Chapultepec, escribió lo siguiente: “¿Delfina es nombre propio? ¿O así le dicen por como la trata quien la nombró y es su jefe?«
Las críticas no se hicieron esperar por diversos usuarios, reales y falsos. Pero todas las reacciones conducían a un mismo destino: misoginia.
¿Qué es la misoginia?
Una persona misógina odia a las mujeres y, por extensión, todo lo que tenga que ver con lo que tradicionalmente se asocia a lo femenino.
En últimos años, hay un calificativo que al le huyen todos los políticos que pretenden tener futuro electoral: el calificativo de misógino. Según encuestas desde el 2012 al 2016, en las elecciones locales suscitadas en México, 75% de los encuestados no perdonarían a quien se asocie con tal adjetivo.
Es decir, el electorado mexicano les puede perdonar otros errores, pero no el de menospreciar a la mujer.
Así que, imagínense el impacto en la imagen pública de Felipe Calderón, quien es la cabeza de la campaña de su esposa en pos de la candidatura del PAN a la presidencia de México, al asociarlo con la misoginia y será un fantasma que lo perseguirá pasado el 2018.
En un afán de ayudarle a su amiga Josefina en la elección del Estado de México, perjudicó las aspiraciones de su esposa rumbo al 2018 y las de Vázquez Mota, quien dirá: ¡no me ayudes, compadre!
Pero, no sólo Felipe Calderón sufre de estos arranques de ira que lo llevan a escribir salvajes tuitazos, en Chihuahua, hay panistas que no se quedan atrás, emulando a su otrora primer panista del país.
Hace unos días, en el Congreso del Estado, se dio una discusión que derivó en una letanía de insultos de un diputado en contra de una legisladora.
Mientras se solicitaba a votación el dictamen para elegir al nuevo auditor del estado, el diputado local del PAN, Jorge Soto, mostró su inconformidad en tribuna con qué se eligiera en ese momento al titular de la Auditoría Superior por 7 años y fue secundado por el legislador local de Morena Pedro Torres.
Al bajarse de tribuna, comenzó la polémica con la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Diana Karina Velázquez, quien propuso la elección del nuevo auditor superior del estado.
Jorge Soto, diputado local del PAN, discriminó a la priísta por el hecho de no tener un título universitario, textual las palabras: “¿Qué carrera tiene usted? Discúlpeme la expresión, con qué cinisimo… Dígalo ¿quién es su candidato?”
Utilizando su derecho de emitir una moción como diputado, abusando claramente de su cargo para hacer alusiones personales lejos de toda civilidad y respeto que se espera de alguien que representa a los habitantes de la capital del estado.
Karina Velázquez le exigió respeto como mujer, porque como legisladores son pares. Además, le solicitó que cesara inmediatamente los insultos, mismos que se han vuelto una constante del panista en contra de la líder de la bancada priista en el congreso, siempre que se aborda el tema de la Auditoría Superior del Estado de Chihuahua.
“En el pleno, gozamos de las mismas garantías y obligaciones que los legisladores que fueron electos en un esquema de paridad de género y es inadmisible que ocurran situaciones como la de hoy en la que fue cuestionada la capacidad de una mujer para tomar decisiones”, afirmó la priista.
Lo curioso de ambos es casos es:
La misoginia de Felipe Calderón pronuncia las diferencias entre el panismo y Morena. Lo grave es que hay panistas que le aplauden a Calderón su comportamiento hacia una mujer de otro partido político.
La misoginia de Jorge Soto, en Chihuahua, une a Morena con una parte del panismo que le sigue aplaudiendo a Soto sus insultos a Karina Velázquez. ¿Dónde están las diputadas provenientes de la sociedad civil para levantar la voz a favor de una mujer denigrada?
Han desaparecido.
Para ellas, defender a una mujer de la misoginia política, parece ser exclusiva de un sector de la izquierda y del panismo. Y hasta lo hacen ver como castigo merecido para las mujeres priistas en el Congreso del Estado de Chihuahua.
ULTIMALETRA
Mis más sentidas condolencias para mi gran amigo, Kike Valles, por la partida de su padre, Don Carlos Valles. Mis oraciones contigo y tu familia, amigo.