.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
“…para nosotros no habrá ni perdón, ni olvido”, dijo en Creel el gobernador Javier Corral el pasado jueves 16 de agosto. Para su gobierno, el perdón ni el olvido son opciones, para la sociedad, menos; ante los agravios que diariamente sufren los miles de derechohabientes del sistema de salud pública estatal, el cual se encuentra en su peor momento.
Si el secretario Ernesto Ávila, entrega la dependencia que dice comandar, la entregaría en peores condiciones que como la recibió en 2016.
Ávila es el lastre de esta administración estatal: un mega bono navideño que se auto concedió, así como casos de corrupción documentados en la compra de medicamentos y especialmente, tacto de elefante para tratar a los compañeros de gabinete y a los diputados que le aprueban el presupuesto. Si con esa soberbia, altanería y grosería, ha tratado a ellos, no quiero imaginar cómo tratará al común de la gente.
En imagen pública existe la premisa de que la imagen del titular de una dependencia, organización o empresa, permea hacia sus subordinados. En el caso de Ávila, no es la excepción.
Esta semana que concluye, Ávila acudió al Congreso del Estado para comparecer ante la Junta de Coordinación Política. Fue acompañado por un impresionante séquito, entre quienes se encontraba, Pedro Ramírez Godínez, quien ocupa un importante puesto en la secretaría de salud estatal.
La voz cantante la llevó la diputada presidenta de la comisión de salud, Rocío Sáenz Ramírez.
Ávila para empezar hizo saber que la comparecencia era algo de poca trascendencia para él, “me invitaron por un oficio a una reunión de trabajo que tenía fecha del 30 de julio y lo recibí el 31 de julio y ya tenía vacaciones programadas y boletos de avión pagados, así que no podía atender dicha invitación”, argumentó Ávila, para quien la salud de los chihuahuenses es menos importante que sus “merecidas” vacaciones.
Sáenz Ramírez ha sido una diputada insistente en el tema de salud: desabasto, corrupción, maltrato salarial a profesionales de la enfermería y médicos, nepotismo, entre otras bellezas.
Mientras Rocío Sáenz le cuestionaba al secretario Ávila, sobre si el director del Centro Estatal de Transplantes era su sobrino (como se especulaba en los medios de comunicación), el hoy célebre médico Pedro Ramírez Godínez, espetó en medio de la comparecencia un insulto hacia la diputada priísta. El cual pudo ser escuchado por todos los presentes y al que inmediatamente hizo referencia la diputada del PRD, Crystal Tovar, quien exigía respeto para su compañera diputada.
De inmediato, la coordinadora priísta, Isela Torres Hernández, le exigió a Ramírez Godínez que abandonará la comparecencia del secretario. Entre murmullos, Ramírez Godínez abandonó el salón que se ubica en el piso 18 de la torre legislativa, ante el sorpresivo silencio de los hombres presentes en la reunión.
Ávila intentó que la sesión continuara como si nada hubiera pasado. Fiel a su tradición de salir impune, continuó contestando preguntas.
Rumbo al final de la comparecencia, Sáenz Ramírez exigió una disculpa y el cese inmediato de Ramírez Godínez.
La respuesta oficial, un par de días después, vino en forma de una disculpa hueca del gobernador del estado y una sanción irrisoria: 15 días sin sueldo, lo cual aún se tendrá que verificar sí es cierto y no un engaño más de Ernesto Ávila.
Ramírez Godínez tuvo su exabrupto porque es reflejo del estilo de mando de Ávila, quien es autoritario e ineficiente.
No sólo debe caer Ramírez Godínez, Ávila debe caer también porque aunque se quiso lavar las manos diciendo que él no había insultado a nadie, él es el responsable de la secretaría que día con día insulta a miles de chihuahuenses con su trato grosero y déspota que continúa impune.
ULTIMALETRA
La diputada Rocío Sáenz denunció ante la secretaria de la función pública los insultos recibidos por el galeno Ramírez, a ver si en este caso, sí sucede algo.