Por Fabiola Lara García
Por Fabiola Lara García

Cada año me sorprende cómo los mexicanos abrazamos a la muerte. Somos contradictorios: la celebramos con viandas, vino, música y cantos; otros simplemente lloran, gimen y se lamentan por la ausencia de quien se fue.

 

La muerte puede ser de azúcar, chocolate y de amaranto con miel. Pero también es picosa como el chile, salada como las lágrimas,  ácida como el limón.

 

La muerte para el mexicano tiene muchos sabores disímbolos. También tiene muchos colores que riñen entre sí: unos celebran la vida, festejan la muerte mientras otros lamentan y sollozan.

 

Así es la muerte mexicana: ni gorda, ni flaca. Huesuda, pelona. Elegante, petulante, metiche, inoportuna. Pero también es glotona y borracha.

 

Dice la célebre canción: “Entre copa y copa se acaba mi vida. Llorando, borracho, tu perdido amor. Qué negros recuerdos me trae tu mentira. Como cuestas lágrimas una traición…”

 

Y nos podemos acabar la vida en una carcajada, en un platillo o en el fondo de una botella.

 

La muerte es una explosión de sentimientos y miedos para el mexicano.

 

Hoy en este día de muertos debemos reflexionar sobre la muerte. No sólo en esta tradición tan colorida que tenemos. Más allá de las catrinas de José Guadalupe Posadas, la literatura, la pintura y el cine…está la realidad.

 

Los mexicanos un día del año abrazamos a la tilica para bailar y cantar con ella pero el resto del año, le huimos.

 

Según datos de Gabinete de Comunicación Estratégica quien hizo una investigación sobre hábitos mexicanos y servicios funerarios.

 

Los mexicanos celebramos a la muerte hoy, comemos y bebemos con ella pero el resto del año no hablamos, ni con ella ni sobre ella.

 

A pesar de tenerla presente en una de nuestras más coloridas y famosas tradiciones, los mexicanos no planeamos nuestros funerales: 66.7% se niegan a expresar a sus seres queridos cómo desean sus servicios funerarios; lo que a su vez se deriva en un 70.9% que no tiene contratado ningún servicio funerario, lo que contrasta con el 52.2% que no tiene apartado ni un nicho o pedazo de tierra para descansar durante la eternidad.

 

Si la muerte es un tabú mayor que el sexo para el mexicano actual, también lo es el hecho de decidir ser cremado, pues sólo el 37.4% optan por esta alternativa, mientras que el 51.5% prefieren ser enterrados.

 

Si esto le parece poco, pues es obvio que si no somos capaces de hablar sobre nuestra muerte y hacer previsiones, pues mucho menos conocemos los trámites para contratar servicios funerarios o para tramitar un acta de defunción.

 

La burocracia mexicana es aún mas eterna que la muerte y aún en el camino al cielo o al fuego lento, los trámites no nos dejan descansar en paz.

 

Así que este día de muertos debe de ser una oportunidad para celebrar a quienes se nos adelantaron en el camino, pero también para planear y no heredar problemas.

 

 

La muerte también es moderna y ahora la veremos en Twitter y Facebook haciendo de las suyas:

 

Sentada la huesuda actualizaba su estado

“A todos los que en twitter no me siguieron, ya me los he llevado”

Sonriente y burlona seguidores conseguía

sin saber que también a ellos se llevaría.

Satisfecha y contenta cambiaba su portada

muy tétrica y elegante en la imagen posaba

Una linea final posteó antes de salir

vendré por ti si no le das a “COMPARTIR”…

Todos temblaron y postearon aquí

Seguro vendrá primero por los que “Eezkriibeen Azii”…

 

 

Comentarios: fabiola@plandevuelo.mx

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